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› EL MOVIMIENTO DE LOS SIN TIERRA ROMPIO SU TREGUA CON LULA
La guerra campesina vuelve a Brasil
Lula y el Movimiento de los Sin Tierra entraron en un curso de choque después de que el segundo reiniciara las ocupaciones de haciendas y edificios públicos. El MST pide acelerar la reforma agraria.
Por primera vez en la historia del Partido de los Trabajadores (PT), el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva y su viejo aliado, el Movimiento de los Sin Tierra (MST), están en veredas opuestas. En los últimos días, el MST emprendió una ola de ocupaciones en haciendas y edificios públicos para reclamar que se cumpla la reforma agraria, una de las grandes promesas electorales de Lula. Desde el miércoles, 500 mujeres con 100 chicos acampan en el patio de la sede estatal del Instituto de la Reforma Agraria (Incra) de Goiania, cerca de Brasilia. El gobierno condenó ésta y otras ocupaciones en cinco estados y exigió un diálogo.
La idea de que 500 mujeres con sus hijos ocuparan el edificio nació porque “estamos en la semana de la reivindicación de la mujer, que es otra lucha nuestra”, dijo la coordinadora del MST, Elisangela Moura, encargada de la ocupación de la sede del Incra en Goiania, en el estado de Goiás.
Estas mujeres reclaman la designación de un superintendente –el funcionario encargado de lo relacionado con la reforma agraria de esta región– para que se entreguen tierras a 3000 familias. Además, cientos de familias del MST ocuparon otra oficina del Incra en el estado de Mato Grosso y tres haciendas en otros cuatro estados: San Pablo, Paraná y Santa Catarina. Estas son las primeras ocupaciones desde que Lula, viejo aliado del MST, llegó a la presidencia el 1º de enero. “La llegada al poder de Lula significa un avance pero no garantiza el cambio. Y para acelerar la reforma agraria tendremos que actuar”, indicó Moura.
El gobierno y el PT rechazaron las ocupaciones y pidieron un diálogo. “La reforma agraria es una cuestión central para el gobierno de Lula. Pero la destrucción del edificio del Incra supera los límites democráticos”, indicó ayer un comunicado oficial. El MST recibió ayer una orden judicial de desalojo por invadir una finca ganadera y causar daños en dos edificios públicos. “Presionar es legítimo, pero no aceptamos depredaciones ni ocupaciones”, denunció ayer el presidente del PT, José Genoino. Y dijo que espera que el movimiento “tenga buen juicio y revise ese tipo de acciones”. Por su parte, el ministro de Desarrollo Agrario, Miguel Rossetto, criticó las ocupaciones del MST. Es la primera vez que Rossetto, ex líder sindical del PT y con vínculos con el MST, censura a este movimiento desde que asumió esta cartera, responsable de la reforma agraria. En el pasado, fue muy criticado por varios estancieros por haberse callado ante otras ocupaciones de esta organización.
En su campaña electoral, Lula había dicho que él era “la única posibilidad de que haya una reforma agraria tranquila y pacífica, sin ocupación de tierras ni violencia”. Para no afectar la campaña de Lula, el MST llegó a suspender sus ocupaciones de haciendas y se mantuvo al margen de la política. Pero las recientes ocupaciones marcarían el fin de la tregua que el MST le habría dado a Lula mientras ponía en marcha su gobierno. Sin embargo, en declaraciones al canal brasileño CBN, el principal dirigente del MST, Joao Paulo Rodrigues, negó que haya existido alguna tregua con este gobierno. “Pero sí consideramos que debe haber un nuevo modelo y garantías de que se cumplan las metas de la reforma agraria, algo que no ocurrió en el gobierno pasado”, dijo Rodrigues.
Durante el gobierno de Fernando Henrique Cardoso, el MST fue uno de los principales movimientos de oposición e incluso llegó a saquear una hacienda del ex presidente. Rodrigues adelantó que para abril, el MST tiene previstas movilizaciones en todo el país. Y amenazó con ocupar fincas improductivas en todo el país si el gobierno no cumple sus reivindicaciones. “Vamos a adoptar una política de tolerancia cero al latifundio y a exigirle al nuevo gobierno medidas enérgicas para mejorar la situación de los sin tierra”, aseguró Rodrigues. El MST es hoy el movimiento social más organizado de Brasil. Su mayor reivindicación es una reforma agraria que solucione el problema de cuatro millones de campesinos que no tienen tierras. El 11 por ciento de los agricultores brasileños no tiene ningún tipo de ingreso, mientras que el 47 por ciento recibe un salario mínimo de 57 dólares por mes.
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