EL MUNDO
Una jornada de represalias en la retaguardia más caliente de Irak
Israel respondió ayer al atentado que mató a 15 personas en Haifa con una fuerte operación militar que dejó 11 palestinos muertos. El alza de la tensión coincide con el redoble de los preparativos bélicos estadounidenses contra Saddam.
La represalia israelí al ataque terrorista de Haifa se materializó ayer con 11 muertos palestinos y 140 heridos –40 de ellos graves– en un fuerte ataque del Ejército israelí contra el campo de refugiados de Yebalia, en la Franja de Gaza. En la madrugada de ayer ingresaron al campo unos 70 tanques, vehículos blindados y excavadoras militares, apoyados por helicópteros de ataque Apache, ante la orden del gobierno de Ariel Sharon que se había reunido horas previas con carácter de urgencia. Fue en respuesta al atentado suicida de anteayer en Haifa, que causó la muerte de 15 israelíes cuando un joven militante de la organización extremista Hamas detonó un potente explosivo dentro de un ómnibus. Además, los soldados israelíes mataron ayer a un activista palestino de la Yihad Islámica en la ciudad de Belén, en Cisjordania, elevando al menos a 12 el número de muertos palestinos.
El ministro israelí de Seguridad Interior, Tsaji Hanegbi, advirtió que la operación militar en la madrugada de ayer en Gaza “no será la última de este tipo”. Ante la pregunta acerca de la relación entre el atentado de un suicida palestino que anteayer se inmoló y causó la muerte a 15 pasajeros más la suya, y la incursión militar, explicó que en Gaza se encuentra la jefatura del Movimiento de la Resistencia Islámica (Hamas), al que responsabilizó de ese ataque, en el que también hubo decenas de heridos. Los campos de refugiados son los principales semilleros de fundamentalismo islámico, y la implantación de sus redes en medio de la población civil maximiza el rédito de propaganda que los palestinos extraen de operaciones de represalia como la de ayer. En el interior de Yebalia los tanques se aproximaban cuando milicianos palestinos colocaron minas cerca de la oficina de Naciones Unidas, mientras otros se apresuraban a empuñar las armas para hacer frente a la ofensiva. Los palestinos aseguraron haber volado un tanque israelí con un explosivo y que una de sus puertas salió lanzada a 50 metros.
En ese momento el Ejército israelí disparó en todas las direcciones, y quemó una tienda de muebles, una peluquería y el despacho de un abogado, en un edificio que más tarde quedó envuelto en llamas. Entretanto, los helicópteros de combate lanzaron siete misiles que hicieron blanco en varias casas del campo. Uno de ellos acabó con la vida de Mohamed al Biyari, de 61 años, que miraba desde la puerta de su casa. Otro palestino, Mahmud al Zanati, de 22 años, cayó abatido por disparos de soldados israelíes, y Abú Auda, de 32 años, murió desangrado en la calle. Una excavadora militar se dirigió a través del campo y destrozó media hectárea de tierra, hasta llegar a la casa de Abdel Zyadi, padre de un suicida palestino. Las unidades especiales israelíes dinamitaron la casa y después arrestaron al hombre.
La mayor acción que se registró en la jornada de ayer fue cuando un tanque disparó dos proyectiles contra un grupo de personas, causando la muerte a ocho, entre ellas dos bomberos y dos niños, y heridas graves a otras 30. Entre los heridos había un camarógrafo y un fotógrafo palestinos de la agencia británica de noticias Reuters. Además, las fuerzas israelíes cortaron el suministro eléctrico en Yebalia y en las localidades de Beit Lahia y Beit Hanun dinamitaron varias casas. Por otra parte, un militante del movimiento radical palestino Jihad Islámica fue muerto en un tiroteo con militares israelíes que trataron de capturarlo en Belén.
El presidente estadounidense George W. Bush, principal mediador en el conflicto israelo-palestino, dijo estar “muy preocupado” por la muerte de palestinos inocentes durante el día de ayer, lo que parece tener que ver con su necesidad de presentar la mejor imagen posible frente a los árabes teniendo en cuenta el ataque a Irak que se avecina. De hecho, ésta es la primera reconvención de EE.UU. a Israel en meses.
De momento, ninguna organización palestina se atribuyó el atentado que lo predecedió en Haifa, aunque la policía israelí lo atribuyó a Hamas. Sharon comparó ayer el atentado con la tragedia del World Trade Center enNueva York. Lo que parece cierto es que aliados y enemigos de Saddam Hussein ya están en guerra en la retaguardia de la guerra.