EL MUNDO › WAGNER ROSSI DIMITE EN MEDIO DE DENUNCIAS SOBRE IRREGULARIDADES EN AGRICULTURA
Rossi es dirigente del Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), principal socio del gobernante Partido de los Trabajadores (PT). Su salida llega detrás de la del jefe de Gabinete y los titulares de Transporte y Defensa.
El ministro brasileño de Agricultura, Wagner Rossi, renunció a su cargo en medio de una serie de denuncias sobre supuestas irregularidades en esa cartera. Rossi es dirigente del centroderechista Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), principal socio del Partido de los Trabajadores (PT) en la coalición gubernamental que conduce la presidenta Dilma Rousseff, y se lo considera íntimo amigo del vicepresidente Michel Temer. En la carta de renuncia que le entregó a Rousseff, el ex ministro aseguró que nunca se involucró en irregularidades y atribuyó las denuncias a un político brasileño que no identificó. “En los últimos 30 días he enfrentado a diario una lluvia de falsas acusaciones, sin ninguna prueba; ninguna de estas acusaciones apunta a un acto mío que pueda ser tildado de ilegal o inapropiado”, sostuvo Rossi. También afirmó que la campaña en su contra incluyó chantajes dirigidos a sus asesores para que revelaran irregularidades en su cartera, e incluyó ataques a su esposa y a sus hijos. “Mi familia es mi límite”, advirtió. Con la renuncia de Rossi ya son cuatro los ministros que se van en menos de ocho meses.
El titular de la cartera de Agricultura dimite en momentos en que la Policía Federal abrió una investigación sobre las denuncias de supuesta corrupción en el ministerio, que abarcan aceptación de sobornos y manipulación en las licitaciones, de las que Rossi supuestamente tenía conocimiento. La más reciente de esas denuncias se publicó esta semana en el diario Correio Braziliense. Allí se señaló que Rossi solía viajar en aviones prestados por una empresa que tiene contratos con el gobierno, lo que está prohibido por el Código de Etica Pública. El ministro renunciante admitió que lo hizo tres o cuatro veces. Las denuncias también apuntan a beneficios fiscales que habrían sido concedidos por la estatal Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab) –vinculada con su cartera– a una empresa que vendió leche en polvo para el gobierno. El último fin de semana, la revista semanal Veja denunció que un lobbista de empresas agroganaderas circulaba libremente por el Ministerio de Agricultura. Eso motivó la renuncia del secretario ejecutivo de la cartera, Milton Ortolan.
Con la salida de Rossi, son cuatro los ministros que abandonan el gabinete de Rousseff sospechados de haber cometido actos de corrupción. En menos de ocho meses de gobierno, la presidenta brasileña perdió a los titulares del Gabinete Civil, Antonio Palocci; de Transportes, Alfredo Nascimento, y de Defensa, Nelson Jobim. Al igual que Nascimento y Jobim, el ministro saliente integraba el grupo de asesores que Rousseff heredó de su antecesor y padrino político, Luiz Inácio Lula da Silva. “En los últimos 30 días, he enfrentado diariamente una descarga de acusaciones falsas, sin ninguna prueba. Ninguna de ellas indicando un solo acto que pudiese ser tachado de ilegal o impropio en el trato de la cosa pública”, subrayó el funcionario en su carta de renuncia. “Todo es falso, todo fue rebatido. Respondí a cada acusación con documentos comprobatorios que la prensa solamente ignoró”, agregó.
En una nota que circuló ayer, Rousseff lamentó profundamente la salida del ministro Wagner Rossi. “Hizo una importante contribución al gobierno con proyectos de calidad que fortalecieron la actividad agropecuaria brasileña”, señaló. La mandataria condenó además que el ministro no haya tenido la posibilidad de contar con el principio de presunción de inocencia ante las denuncias en su contra. “Agradezco su empeño, su trabajo y dedicación”, concluyó el texto de la mandataria, que la semana pasada había dado un espaldarazo y reiterado su confianza en Rossi. El secretario ejecutivo del ministerio, José Gerardo Fontelles, segundo en la línea de importancia, asumirá la cartera hasta tanto se nombre a su nuevo titular.
Una práctica arraigada en la política brasileña obliga a los gobernantes a repartir altos cargos del gobierno y empresas estatales entre los partidos aliados. El de Agricultura, por ejemplo, corresponde al gigante Partido de Movimiento Democrático (PMDB), el segundo en la coalición oficialista. La cruzada anticorrupción de Rousseff ya hizo tambalear la alianza oficial en el Parlamento, con la salida del Partido de la República (PR), al que pertenece el ex titular del Ministerio de Transporte, donde presuntamente se encarecía artificialmente el costo de obras públicas y se exigían comisiones ilegales a constructoras para garantizar sus concesiones en licitaciones.
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