EL MUNDO
› EE.UU. ESPIA A LA UNION EUROPEA
Y, además, espía
› Por Eduardo Febbro
En un clima de posiciones irreconciliables, la Unión Europea se reunirá mañana en Bruselas solamente para evaluar la ayuda humanitaria que los 15 países de la Unión pueden aportar a Irak luego de la intervención estadounidense. Pero todo indica que la Casa Blanca se interesó mucho por conocer el contenido de los debates entre los 15 países de la Unión Europea. El matutino francés Le Figaro denunció el descubrimiento de un sistema organizado para realizar espionaje telefónico que funcionaba desde el pasado 28 de febrero. La lista de países espiados comprende a Francia, Alemania, España, Italia, Gran Bretaña y Austria, y las investigaciones indican que en las últimas semanas el sistema se mantuvo activo casi exclusivamente en las líneas telefónicas atribuidas a Francia y Alemania.
Uno de los portavoces de la UE, Dominique-George Marro, confirmó que se había descubierto “un espionaje telefónico” ciertas “anomalías” en un número pequeño de líneas telefónicas. “Este asunto no entra en las tradiciones de esta casa”, dijo por su parte Nöelle Lenoir, la ministra francesa delegada de Asuntos Europeos. Marro dijo no saber “cuál es el país” o las “personas interesadas” en escuchar las conversaciones pero el diario Le Figaro afirma que las autoridades policiales de Bélgica identificaron a “los norteamericanos” como los responsables del espionaje. El sistema habría sido montado en la central telefónica del Consejo a fin de espiar las líneas conectadas con las salas atribuidas a cada país de la Unión.
Las pruebas sobre la arrogancia del equipo que dirige la Casa Blanca y sobre los atropellos cometidos por el presidente norteamericano escandalizan hasta a los más fanáticos defensores de Estados Unidos. Sólo un grupito de intelectuales franceses, encabezados por ex estalinistas como André Glucksman o Pascal Bruckner, se animó a firmar un panfleto a favor de una intervención en Irak para “liberar al pueblo de la dictadura”. La metodología empleada y el castigo sufrido por “el pueblo” iraquí durante los 11 años que vivió bajo el embargo no figuran en sus proclamas.