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› ALFONSIN SE REUNIO CON DUHALDE Y APOYO SU POSTURA SOBRE IRAK
Cuando el adversario avala al amigo
El ex presidente se reunió con el actual y hablaron distendidamente durante tres cuartos de hora. Hubo un espaldarazo a la neutralidad oficial. Y también un ratito para que los dos bonaerenses dialogaran sobre la coyuntura local.
Hace tiempo que no visitaba la Casa Rosada. Pero ayer se lo vio lo más campante ingresando por la explanada de Gobierno para reunirse con Eduardo Duhalde. El ex presidente Raúl Alfonsín se trasladó para transmitir su apoyo a la posición de neutralidad adoptada por el actual mandatario en la guerra entre Estados Unidos e Irak. Pero fuentes oficiales aseguraron que durante el encuentro también se hicieron un espacio para hablar de las elecciones del 27 de abril.
La reunión se desarrolló entre las 9.45 y las 10.30. Fue de tono informal y sirvió para profundizar las conversaciones que Alfonsín y Duhalde mantienen habitualmente vía telefónica.
En la Casa Rosada explicaron que el ex presidente manifestó su acuerdo con la postura argentina de “no participar” del conflicto bélico. “No fue una acto formal sino una charla relajada donde los dos analizaron las posiciones que habían adoptado las distintas fuerzas internacionales. Ahí fue que Alfonsín le dijo que la decisión del Gobierno le parecía correcta”, dijo a Página/12 el vocero oficial Luis Verdi.
Una fuente cercana al radical acercó una versión similar a la que echó a rodar el duhaldismo. “Alfonsín estaba de acuerdo con la actitud del Gobierno. Ya fue claro cuando dijo que hay que resistir las fuertes presiones externas, como las de Estados Unidos, Gran Bretaña y hasta las de España”, señaló a este diario. “Sabemos –agregó– que también recordó que está en contra de las intervenciones en asuntos internos de otros países.”
El radical ya había sido duro con la actitud de Estados Unidos en una columna de opinión, publicada el miércoles en Clarín, donde ataca duramente a George Bush. “Un hombre –dice del mandatario norteamericano— que no trepida en destruir las Naciones Unidas, someter a su pueblo y a Europa a la probabilidad de atroces represalias, al mundo islamita a sufrir el triunfo de los integristas, a mancillar el honor de Estados Unidos, a destruir el Derecho Internacional y a afianzar una globalización insolidaria, como lo quiere el neoconservadurismo.”
Con Duhalde, Alfonsín también desplegó parte de la agenda internacional del Gobierno y puntualmente sobre las relaciones con los países latinoamericanos. Primero endulzó los oídos del Presidente por cómo estaba entablando las relaciones con Brasil. Y aprovechó para resaltar la necesidad de profundizar las políticas pro-Mercosur.
Después, el ex presidente lo anotició de su inminente viaje a Venezuela y de cómo lo aprecian en los pagos de Hugo Chávez. “Allí planteará la necesidad de superar las diferencias internas sin violencia, sin injerencia de terceros y siempre dentro de los límites que impone la democracia”, señalaron fuentes oficiales.
La tensa situación que atraviesa ese país también fue abordada en la audiencia que ayer mismo Duhalde mantuvo con el vicepresidente venezolano, José Vicente Rangel, en la Casa Rosada.
Hubo tiempo, amén de los tragos de agua mineral y algún bocado de galletita, para hablar de las elecciones del 27 de abril y la paridad que reflejan las encuestas entre un gran número de competidores, entre ellos el candidato oficial Néstor Kirchner y su principal oponente justicialista, Carlos Menem.
Alfonsín y Duhalde, a quienes sus enemigos políticos los consideran “socios” a pesar de ser referentes de diferentes partidos, coincidieron en que la guerra indefectiblemente “opacará” gran parte de la campaña, en momentos en que –consideraron– sería bueno que tuviera mayor repercusión, sobre todo para que la gente terminara de definir por quién se inclinará el 27 de abril.
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