La ex primera ministra de Ucrania Julia Tymoshenko fue condenada el martes a siete años de cárcel por un tribunal de Kiev, que la juzgó culpable de abuso de poder por la firma de un contrato de importación de gas ruso, anunció el martes el juez Rodion Kireyen. Tymoshenko fue condenada a pagar unos 200 millones de dólares por daños, agregó el juez. Por su parte, la ex primera ministra anunció que va a apelar la sentencia ante la Justicia europea y llamó a luchar contra el “autoritarismo” en Ucrania.

Tymoshenko, quizá la política más carismática en cualquiera de los ex países soviéticos, demostró una vez más que sabe cómo actuar para las cámaras. Los dos meses que pasó detenida durante las últimas etapas del juicio no evitaron que apareciera con su conocida trenza en lo alto de su cabeza, y cuando el juez llamó a un cuarto intermedio, ella se dirigió a las docenas de cámaras en la sala en su lenguaje normalmente exaltado.

Tymoshenko fue encarcelada a comienzos de agosto por desacato en la corte, y siguió sin obedecer órdenes del juez Kireyen hasta el final. Mientras leía el veredicto, todos en la sala se pararon, salvo Tymoshenko, que se quedó sentada junto a su marido y su hija. Por momentos dejaba de escuchar, murmurando con su marido y riéndose. Su hija de 31 años a menudo apoyaba la cabeza en el hombro de su madre, y ambas miraban fijamente al iPad de Tymoshenko. En una ocasión se quejó de que se estaba “helando” debido al aire acondicionado de la sala, y después del siguiente cuarto intermedio se había puesto un tapado color crema.

Los veredictos en los tribunales post soviéticos a menudo se toman un tiempo para llegar al asunto, y cuando el juez entró en su tercera hora de su monótona lectura, Tymoshenko se puso de pie y comenzó su propio discurso, castigando a la corte y comprometiéndose a seguir luchando. Kireyen trató de hablar más fuerte, pero no era competencia para la ex primera ministro. Al final de la lectura, hubo gritos de ira contra el juez, pero la pelea a gran escala que se esperaba fue evitada –la mayoría de los aliados políticos y amigos de Tymoshenko no pudieron entrar al tribunal–. Una docena de policías uniformados entró y se llevó a la ex líder: su marido y su hija se quedaron mirando desamparados.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.