EL MUNDO
› DUDAS Y MIEDOS POR LA GUERRA DE LOS CHICOS EN LAS ESCUELAS
“Sr. Bush, no mate más iraqueños”
Se indignan, discuten sobre petróleo y preguntan sobre las armas químicas. Qué hacen las escuelas con los temores infantiles.
“Sr. Bush: yo le pido que no haga guerra. Hágalo por los bebés, las familias y el país y también por mi compañero Axel, que se puso a llorar cuando hablamos de la guerra en clase porque en Israel hay parientes de él.” El mensaje está pegado en una de las paredes de la Escuela 3 del barrio de Caballito y fue escrito por una alumna de cuarto grado el miércoles pasado, pocas horas antes de que George W. Bush ordenara el comienzo del ataque a Irak. Muy lejos de sentirse ajenos, los chicos están pendientes de lo que está pasando en Irak, se sienten desprotegidos, pero se movilizan en contra de la guerra y sorprenden a los adultos con sus inquietudes y explicaciones sobre la lucha por el poder y el petróleo en el mundo en el que les toca vivir. Las palabras y los dibujos por la paz recorren las escuelas porteñas desde el inicio del ciclo lectivo, pero se intensificaron desde que las bombas comenzaron a caer sobre Bagdad. De primero a séptimo grado, todos llevan sus dudas y comparten sus miedos ante la guerra en el colegio.
“Son todos ladrones”, dijo unos días atrás un alumno de segundo grado sobre Saddam Hussein y Bush a la directora de la Escuela Primera Junta, Rosa Peña. Y cuando ella le preguntó por qué son ladrones, el nene contestó: “Porque roban la vida”, recordó Peña aún sorprendida. También Nicolás, con sus once años, demostró que los bombardeos nocturnos y televisados en directo no lo engañan: “Abajo de las luces que se ven de noche y parecen fuegos artificiales, hay muertos”, protestó en el aula mientras hablaban sobre la guerra.
La muerte de gente inocente y la destrucción de familias enteras es su mayor cuestionamiento a la guerra. Sobre esto, todos los mensajes tienen un destinatario: el presidente de los Estados Unidos. “Sr. Bush: Te quiero decir que termines con la guerra. Te lo suplico. Imaginate un montón de personas que mueren por vos”, lo interpeló una nena de segundo grado. Y Camila, alumna de quinto grado de la escuela Salvador María del Carril, también escribió lo suyo: “El mensaje es mucha bronca y tristeza, porque unos poquitos tipos que viven en Estados Unidos pueden decidir el fin de la vida de millones de chicos, jóvenes, adultos y ancianos que viven a su manera en Irak”. En otra escuela primaria, a pocas cuadras de allí, Fernanda se sumó desde su pupitre de no más de 50 centímetros de alto y sus 6 años: “Yo le pregunto a Bush: ¿Por qué mata a los iraqueños si no le hicieron nada?”.
A pesar de la distancia geográfica con el foco del conflicto, los niños no se sienten a salvo de la guerra. “Los chicos están aturdidos de imágenes de la televisión y escuchan hablar de armas biológicas y enfermedades y naturalmente preguntan si nos vamos a morir todos, si nos vamos a enfermar todos. Por eso intentamos trabajar sobre la paz, desde adentro, tenemos que evitar generarles pánico y angustia”, explicó Raquel Brusciano, maestra de quinto grado de Salvador María del Carril, del barrio de Almagro.
Por estos días, las escuelas primarias de la ciudad se llenan de mensajes por la paz y contra la guerra. El trabajo surgió de una propuesta de la Secretaría de Educación Porteña de empezar este ciclo lectivo 2003 con la palabra “paz” y centrar allí el trabajo con los alumnos. En plástica, en Ciencias Sociales, en Ciencias Naturales y en cualquier momento de la clase de la materia que fuera, las inquietudes de los chicos surgen y no hay manera de detenerlas. “Manejan mucha información y les preocupa la guerra, hablan del petróleo, saben quiénes son los aliados de Estados Unidos y quieren hablar de esto”, señaló Alejandra, maestra de segundo grado E de la Escuela Primera Junta.
La manera de trabajar sobre la guerra y la paz en el aula varía en cada escuela y en cada grado, pero con la idea general de dejar que los chicos se expresen con libertad sin acotarlos. Así, Raquel Brusciano eligió música clásica para sus alumnos de quinto grado de la Escuela 3 y escribió paz en el pizarrón para que a partir de ahí ellos pensaran sobre su significado en el mundo actual. En la escuela Primera Junta, la maestra deplástica partió de la consigna “No a la guerra, sí a la paz” y les dijo a sus alumnos que pintaran y dibujaran cómo se imaginaban la guerra.
A la hora de explicar cómo entienden la decisión de Estados Unidos de iniciar la guerra, los chicos discuten de petróleo y de lucha por el poder con la misma seguridad con la que hablan sobre Bandana y Mambrú: “Bush, deje de conseguir el petróleo de esa forma. ¿Por qué no se lo compra a Irak?”, escribió Julián, de cuarto grado. “Sólo quieren mostrar que tienen mucho más poder que los demás pero no se conforman con eso”, afirmó Paloma con sus once años.
Otro dato que no pasa inadvertido para ellos es el del gasto militar de los Estados Unidos: “Con las armas que compra Bush se puede alimentar a millones de chicos que hoy tienen hambre y comprar remedios para los hospitales”, protestó Brian Ponce, desde sus 10 años. “Cuando trabajamos con la consigna de qué es la paz para cada uno, muchos la definieron en relación con temas como la pobreza, el hambre y el trabajo, porque esos son temas que hoy también los preocupan”, explicó la directora de la escuela de Almagro, Ada Alcoba. A un costado de donde se exhiben los carteles de algunos chicos de la Escuela Salvador María del Carril, un corazón de cartulina hecho por una nena de cuarto grado dice “No a la guerra” y concluye: “Y después cantaría ‘Sólo le pido a Dios’”.
Producción: Paula Bistagnino