En un escenario reminiscente al de los grandes disturbios de 1992 de Los Angeles y las protestas de los ’60, la policía de Oakland disparó gas a mansalva a los indignados del movimiento A Ocupar. El saldo de los duros enfrentamientos dejó más de cien detenidos y un veterano de guerra con fractura de cráneo en terapia intensiva. Hubo más redadas y detenidos en la ciudad de Atlanta.

“Los policías son parte del 99 por ciento, pero trabajan para el 1 por ciento. Wall Street se enorgullece de ellos cada vez que desalojan un campamento por la fuerza”, denunció el activista Gabe Meyers, utilizando el slogan de los indignados norteamericanos. “Vamos a volver a acampar. ¿Qué van a hacer, mandarnos a la policía todas las noches?”, desafió.

La jornada de protestas en esa ciudad de la bahía de San Francisco se inició por la tarde con 400 personas caminando desde la biblioteca hacia la plaza. “Vamos a marchar y reclamar lo que en un principio era nuestro. Lo que nosotros llamamos la plaza Oscar Grant y lo que ellos llaman el Ayuntamiento”, dijo un activista aludiendo a un hombre desarmado, víctima de las balas policiales en enero de 2009.

Los problemas comenzaron por la noche, cuando la protesta alcanzó el millar de manifestantes, que intentaban retomar un campamento que habían montado a las puertas del Ayuntamiento. La policía los había desalojado doce horas antes. Alrededor de las ocho, y luego de ser advertirdos por megáfono, los agentes arremetieron contra los indignados disparando gases lacrimógenos al menos cinco veces. La batalla campal se extendió hasta la una de la mañana, hora local. Algunos manifestantes les arrojaron pintura roja y turquesa a los policías, cantándoles “¡Por esto los llamamos cerdos!”. La luneta de un patrullero fue hecha añicos y los indignados se enfrentaron a los policías, que les devolvían bastonazos y disparos de gas lacrimógeno. Muchos de los activistas también les arrojaban piedras.

Scott Olsen, un ex marine perteneciente a la organización Veteranos para la Paz, permanecía en terapia intensiva por la lesión que le produjo una granada de gas lacrimógeno en la cabeza. Olsen fue reclutado dos veces para la guerra de Irak en 2006 y 2007 y se oponía a la incursión bélica. “Habrá una vigilia esta noche en la misma plaza donde reprimieron para rezar por él”, dijo a Página/12 Josh Sheperd desde San Francisco, quien pertenece a la misma organización. “Es una situación trágica”, dijo compungido camino al hospital. Un compañero del marine llamado Keith Shannon, asegura haber visto un video donde Olsen se encuentra en el piso mientras un policía dispara un cartucho de gas lacrimógeno cerca suyo.

“Es terrible ir a Irak dos veces y volver a Estados Unidos herido y que luego la policía que supuestamente está para protegerte en tu país te dispare a quemarropa”, se lamentó Shannon. Los padres de Olsen, que viven en Wisconsin, volaron a San Francisco no bien se enteraron de la noticia.

Sin embargo, las autoridades parecían en otra sintonía. “Estoy muy complacido de cómo resultaron las cosas”, dijo el jefe interino de la policía de Oakland, Howard Jordan. La alcaldesa de Oakland, Jean Quan, dijo que a veces la democracia es desordenada. Después de la represión, una tensa calma se percibía en las calles, con mucha presencia policial y las veredas valladas.

Simultáneamente al sur del país, en la ciudad de Atlanta, la policía detuvo a 52 personas que acampaban en un parque durante la madrugada del miércoles. El juez municipal determinó que podían ser liberados si se comprometían a presentarse a una audiencia judicial el 9 de marzo de 2012. Los detenidos del movimiento A Ocupar Atlanta abandonaron la cárcel ayer por la tarde y fueron recibidos por una muchedumbre que cantaba “¡Libertad!”. De no presentarse ante el juzgado en esa fecha, cada uno de ellos deberá pagar 100 dólares. El alcalde Kasim Reed aseguró en una conferencia de prensa que las más de dos semanas de protestas en el céntrico parque de la ciudad ya le costaron al Ayuntamiento unos 300.000 dólares. Los manifestantes se encontraban allí hace tres semanas. Reed dijo la semana pasada que podían seguir en el parque hasta el 7 de noviembre, pero cambió de opinión el fin de semana luego de que los manifestantes intentaran organizar un recital sin permiso. El alcalde dijo que le preocupaba el número de carpas, que se extendían a 75, y las condiciones de seguridad.

A Ocupar Atlanta dijo que continuará con la protesta con una marcha contra la guerra para hoy.

Informe: Juan Nicenboim.