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› EL PRESIDENTE IRAQUI APARECIO VIVO Y DESAFIO A LOS INVASORES ANGLOAMERICANOS
Cuando Saddam se vuelve un héroe nacional
La dificultad de las fuerzas aliadas en conquistar las ciudades iraquíes y la difusión de sus primeras pérdidas se combinaron para generar un patriotismo militante en Bagdad, donde un Saddam Hussein sereno y relajado reapareció para confirmar que está vivo.
Por Angeles Espinosa
Enviada especial a Bagdad
“Quien resiste, vencerá”, aseguró ayer Saddam Hussein. En el segundo discurso a la nación desde que Estados Unidos iniciara la guerra contra su régimen, el presidente iraquí prometió a sus ciudadanos “una pronta victoria” sobre el invasor, pero también les preparó para las dificultades que afrontarán en el camino. “Cuanto más pierdan, más nos bombardearán”, advirtió. Su comparecencia televisada mostró sobre todo que ha sobrevivido a los misiles estadounidenses. Los éxitos militares y propagandísticos del fin de semana impregnaron no sólo sus palabras, sino el sentir de una buena parte de la población. Y, para rematar, el régimen se dió el lujo de mostrar por televisión a los dos militares de un helicóptero Apache derribado.
Apenas concluyó el discurso presidencial volvió a escucharse el estruendo de las bombas en la capital. Se oyeron al menos seis fuertes explosiones en el centro. Cinco personas, incluida una mujer, resultaron muertas cuando un misil alcanzó una zona residencial en Al Azamiyah, un barrio densamente poblado, y destruyó una de las casas. El bombardeo continuó durante todo el día, aunque la mayoría de las explosiones se oían a las afueras. A las 20.20 horas volvieron a sonar las sirenas y las detonaciones se hicieron más cercanas, Bagdad se preparaba para otra noche en vela.
Saddam apareció en la pantalla más relajado que durante su primera intervención apenas tres horas después de que se iniciaran los bombardeos el pasado jueves. Aunque resulta difícil determinar si se trataba de una emisión en directo, tal como anunció el ministro de Información, Mohamed Said al Sahaf, las referencias que el líder iraquí realizó a las batallas de Um Qasr y Basora hacen que pensar que como mucho pudo haberse grabado 24 horas antes.
Durante 20 minutos, el presidente, con uniforme militar, leyó un discurso en el que alabó al pueblo y a los soldados iraquíes, con especial mención a los comandantes de las divisiones que han resistido el envite estadounidense en el sur. También envió un mensaje a los habitantes de Basora, aislada pero no ocupada por las fuerzas invasoras, para que tengan paciencia porque “la victoria es inminente”. Saddam no hizo ninguna mención de las afirmaciones de Londres y Washington de que sus tropas se encuentran a unas decenas de kilómetros de Bagdad. Sin embargo, advirtió: “Cuanto más avancen dentro del territorio iraquí, más se acercarán a la muerte”.
“Tras infravaloraros, el enemigo se ha visto atrapado en la sagrada tierra de Irak que está siendo defendida por su valiente y heroico pueblo”, declaró el presidente. Saddam volvió a insistir en la injusticia del ataque. “Aceptamos todas las exigencias de la ONU para evitar esta guerra y para que se levantara el embargo y no ha servido de nada”, aseguró. “Mucha gente no nos creyó”, admitió antes de repetir que fueron sinceros. “Dios dará la victoria a Irak porque está lucha está defendiendo su derecho”, aseguró.
Y en la calle, este mensaje ha calado. A. S., un iraquí que en 1991 fue a la cárcel por rechazar el llamamiento a filas para defender Kuwait, opina que la situación ahora es diferente. “Entonces, la gente no creía en la causa. La mayoría nos dimos cuenta de que habíamos cometido un error, pero esta vez es nuestro país, nuestra tierra la que está siendo invadida y no es lo mismo”, explica este hombre educado y viajado. Sus convicciones pacifistas se pondrían a prueba ahora si el Ejército llamara a los reservistas. “No sé lo que haría –admite–; de momento, no han citado a nadie.”
El giro dado por las operaciones militares durante el fin de semana ha sorprendido a los propios iraquíes. “No nos lo esperábamos”, reconoce uningeniero que pensó que la superioridad militar de los estadounidenses aplastaría a las mal pertrechadas fuerzas iraquíes. “Después de lo que he visto, creo que podemos ganar –afirmaba orgulloso–. Los americanos se están comportando de una forma bastante estúpida. ¿Por qué vuelan tan bajo sus helicópteros? Creyeron que aquí la gente iba a salir a recibirles con flores y no está siendo así. A los iraquíes, pensemos lo que pensemos del régimen, no nos gusta que vengan a gobernarnos los extranjeros.”
Para algunos de los entrevistados por esta enviada, el riesgo es que la opción militar “cierre las puertas al cambio y la democratización de Irak”. “Muchos de nosotros quisiéramos ver un país más abierto y libre, pero éste no es el camino –advierte un joven profesional–. Imagine por un momento que, aunque parezca difícil en esta lucha entre David y Goliat, ganamos a los americanos o hacemos tablas. Será terrible para quienes teníamos esperanzas de cambiar el sistema desde dentro.”
En un nuevo golpe de propaganda, la televisión iraquí mostró ayer un helicóptero estadounidense tipo Apache que, según relató el locutor, “fue derribado con un rifle por el valiente luchador Alí Obeid de Kerbala” el día anterior. Obeid, un campesino de barba blanca, aparecía radiante ante el aparato, mientras varios de sus vecinos disparaban sus Kaláshnikov al aire y bailaban en torno suyo. La cámara enfocó dos cascos, pero no había ni rastro de sus ocupantes.
“Un pequeño número de campesinos, de campesinos valientes, echaron abajo dos Apache y sus pilotos fueron capturados”, anunció poco después, el ministro de Información. Al Sahaf explicó que el domingo “las fuerzas enemigas intentaron desembarcar mercenarios en las proximidades de Nayef y Kerbala”, a unos 110 kilómetros al suroeste de Bagdad. “Los invasores fueron rodeados y huyeron.” Este portavoz también dio cuenta de un incidente similar en Kirkuk, el principal centro petrolero del norte de Irak. “Las fuerzas iraquíes frenaron un ataque estadounidense”, afirmó. Testimonios procedentes de esa ciudad daban cuenta de intensos bombardeos.
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