Mié 26.03.2003

EL MUNDO

Yendo de la cama al frente con los soldados en el sur

“Embedded” (“empotrados”, pero también “encamados”) es el término con el que el Pentágono califica a los periodistas en el frente. Pero las censuras son tantas que la mayoría se quedó en Kuwait.

Por Yolanda Monge *
Desde Kuwait

Seiscientos periodistas viven desde antes de que comenzase la guerra como auténticos soldados asignados a diferentes unidades en la invasión norteamericana de Irak. El Pentágono ha oficializado este matrimonio de conveniencia bajo el término de reporteros embedded, que literalmente en inglés significa empotrado, incrustado. Unión semejante, que durará lo que dure la guerra o lo que el cuerpo de los reporteros aguante, no tenía lugar desde la guerra de Vietnam. Pero el chiste resultaba fácil. Estaba hecho. Los periodistas destinados en Kuwait hablan de reporteros encamados con el ejército de George W. Bush (bed es cama en inglés). En el pequeño emirato kuwaití existen dos clases de periodistas. Los embedados y los otros (más de 4000). Pero para ninguno ha sido fácil irse a la cama con los soldados estadounidenses.
Todos, absolutamente todos, tuvieron que firmar 50 reglas para obtener su acreditación de prensa. Nada de portar armas de fuego personales. Nada de alcohol ni de revistas pornográficas si se viaja con las tropas. El ardor guerrero es eso, guerrero. No se vayan a confundir y equivocar el objetivo, que sigue siendo Saddam. A la mínima desobediencia se acabó la pareja de hecho. Se necesita un casco, un chaleco antibalas y una máscara antigás. La cantimplora se aconseja. Se recomienda llevar toallitas de higiene personal. Letrina llegará a ser una palabra muy odiada. Detestada cuando sea letrina en una trinchera. Pueden pasar entre cinco y diez días sin sentir una ducha en el cuerpo. Ropa adecuada y saco de dormir. Dos bultos de no más de 30 kilos entre ambos. Requisados los pasaportes y anotados los números de los teléfonos satélites. No se puede tomar fotos de soldados estadounidenses identificables. Por supuesto, se pueden imponer embargos a la información “para proteger la seguridad de las operaciones”.
Como no podía ser de otra manera, algunos informadores se sintieron insultados ante la propuesta y decidieron quedarse en Kuwait City. El ataque de orgullo les supondrá que no podrán pisar territorio iraquí hasta que el alto mando lo decida. Si lo decide. Los que rehusaron la oferta del Pentágono alegando libertad informativa creyeron que podrían moverse a sus anchas en el país que alberga más de 150.000 soldados de Estados Unidos. Estaban muy equivocados. Hay un límite para la libertad informativa en Kuwait y está a 80 kilómetros de la frontera. El ejército norteamericano no informa. El ejército británico no informa. Ambos sólo confirman o desmienten. Y casi siempre desmienten. Dicho esto, en la pareja entre el militar y el periodista que lo acompaña existe un tercero. Del que el militar ni sospecha su existencia. Los que tuvieron el ataque de orgullo tratan todo lo que pueden de comunicarse con los encamados. Y así poder informar de lo que pasa en el frente.
Un frente que ya se ha cobrado sus primeras bajas entre los informadores. La cadena británica ITV daba ayer por muerto a su corresponsal Terry Lloyd, desaparecido el sábado en un posible incidente de fuego amigo cerca de Basora cuando cubría la guerra contra Irak adscripto a una unidad de combate británica. El cámara Fred Nerac y el traductor iraquí Husein Othman, que viajaban con Lloyd, seguían anoche desaparecidos, después de que el vehículo en el que los tres enviados viajaban fuese tiroteado en una carretera cerca de Basora. La muerte de Terry Lloyd se suma a la de Paul Moran, camarógrafo australiano que el mismo sábado resultó víctima de la explosión de un coche bomba en el norte de Irak.
Hay “suficientes evidencias para creer que el corresponsal de ITV Terry Lloyd murió ayer en un incidente en el frente sur”, señaló, en un comunicado, Independent Television News (ITN), la cadena de noticias de ITV. “Creemos que su cuerpo está en un hospital de Basora que se encuentratodavía bajo control iraquí. Dos miembros de su equipo, Fred Nerac y Husein Othman, están todavía desaparecidos e ITN no tiene información sobre su paradero o condición.”
Otro camarógrafo que viajaba con el equipo de ITN, Daniel Demoustier, logró escapar, aunque herido. El camarógrafo de ITN, que fue rescatado por un equipo de periodistas del diario The Mail on Sunday, aseguraba ayer que habían sido recibidos con júbilo por los civiles iraquíes. De repente, según Demoustier, se encontraron en Iman Anas, cerca del frente. Un grupo de iraquíes decidió seguir al equipo de televisión. “Inmediatamente los tanques aliados comenzaron a disparar artillería contra nosotros –relata el camarógrafo en el Mail–. El coche se prendió. Estábamos envueltos en llamas. Fue aterrador”, informó Demoustier.
Ante la situación, la policía británica decidió ayer evacuar a más de 60 periodistas de la ciudad de Safwan que cubrían la guerra con el ejército británico ante un eventual ataque iraquí. Los británicos aseguraron haber recibido un alerta en el que se les informaba que se iba a producir un ataque “inminente” contra los reporteros.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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