EL MUNDO › EL COMANDANTE MILITAR URUGUAYO PEDRO AGUERRE SE REFIRIó A LOS DELITOS COMETIDOS EN LA DICTADURA
Fue un gesto inédito de esa institución desde la vuelta a la democracia. Aguerre declaró que, si hubiera delincuentes entre sus filas, ordenaría la revocación inmediata de un eventual pacto de silencio. Satisfacción de los organismos de DD.HH.
› Por Adrián Pérez
Por primera vez desde el regreso de la democracia a Uruguay, un oficial de alto rango se refirió a los delitos cometidos por la dictadura militar en ese país. En un discurso que sorprendió a propios y extraños, el comandante en jefe del ejército, Pedro Aguerre, aseguró que esa institución “no encubrirá a homicidas y delincuentes en sus filas”. Y señaló que, si los hubiere, ordenaría la revocación inmediata de un eventual pacto de silencio, en el ámbito castrense, sobre violaciones a los derechos humanos. “El ejército nacional no es una horda, malón o algo similar. El ejército no aceptará, tolerará o encubrirá a homicidas y delincuentes entre sus filas”, afirmó Aguerre. Desde los organismos de derechos humanos y la Justicia mostraron su beneplácito por las declaraciones del militar; expresiones que dibujan un mojón en el debate y reconocimiento de los crímenes de lesa humanidad.
“Invito y solicito apoyo, dentro y fuera de la fuerza, para conjuntamente obtener información en orden a delimitar la responsabilidad material o no del ejército en este caso y en cualquier otro que se entienda a futuro”, pidió el comandante en referencia a la investigación sobre la desaparición y posterior asesinato de Julio Castro, maestro y fundador del Frente Amplio. “Hoy estamos hablando de delitos, y ésa es una línea que este comandante y su ejército no traspasarán”, manifestó Aguerre en un texto que leyó durante un acto organizado en el Instituto Militar de Estudios Superiores (IMES).
Escoltado por generales y comandantes, el comandante en jefe del ejército dijo que había llamado a otros oficiales que se encontraban en misiones militares en India, Pakistán, Haití y Estados Unidos, y adelantó que contaba con el apoyo de los militares. Antes de finalizar su discurso, el general exclamó: “Lo que estamos tratando es de tender la mano, espero que todos lo entiendan”. Luego dio por finalizado el encuentro sin responder las preguntas de los periodistas.
La máxima autoridad del ejército uruguayo es hijo del general retirado Pedro Aguerre, quien fuera detenido (el 26 de junio de 1972) junto a otros oficiales que defendían una corriente de opinión legalista dentro de la fuerza y se oponían al desembarco de la dictadura militar. “Para mí, el golpe de Estado fue el 9 de febrero de 1973, porque fue una rebelión militar triunfante que cambió la Constitución; y si eso no es un golpe, ¿qué es?”, se preguntó el militar retirado, durante una reciente entrevista concedida al medio uruguayo La Diaria.
Valentín Enseñat, miembro de HIJOS Uruguay, destaca que los comentarios de Aguerre constituyen un gesto inédito de las fuerzas armadas porque el silencio ha sido una característica predominante en Uruguay. “Hasta ahora no ha habido señales de querer colaborar en el proceso de Justicia, mucho menos de tener una actitud autocrítica y cuestionadora del terror implantado por ellos durante la dictadura; siempre se han escudado en la teoría de los dos demonios”, señala el hijo de Miguel Angel Río, militante del MLN-Tupamaros, desaparecido en Buenos Aires el 24 de diciembre de 1977.
“Con la aparición de Julio Castro se les cae la premisa justificadora de que se trató de una guerra”, afirma Enseñat. Sobre el deseo de condenar los crímenes de lesa humanidad, el militante de derechos humanos asegura que, desde HIJOS, esperan que “esos gestos no queden en el marco de lo simbólico y que la voz de esta institución (por el ejército) sea efectiva a la hora de que sus integrantes colaboren en el proceso de búsqueda de verdad; verdad que todavía tienen secuestrada”.
“Me parece que hay un viraje de 360 grados, se habla en un lenguaje completamente distinto con respecto a todos los comandantes que he escuchado hasta ahora”, confía en diálogo telefónico con Página/12 Mirtha Guianze Rodríguez, fiscal nacional en lo penal de segundo turno, a cargo de la causa por la desaparición de Castro. La fiscal abona lo dicho por Enseñat respecto de que no se vivió una guerra en Uruguay. “Ahora reconocen que hubo delitos y están dispuestos a romper el pacto de silencio”, enfatiza. Si bien reconoce que se trata de un “adelanto tremendo” para que los uruguayos puedan saber qué pasó con sus muertos y desaparecidos durante la dictadura, Guianze Rodríguez no pierde la cautela: “Vamos a esperar para ver qué se logra con esto y qué acatamiento hay respecto de lo que él (por Aguerre) ordenó a sus subordinados”. “Vengo escuchando declaraciones de ‘milicos’ desde hace años, siempre te quedabas con la idea de que ellos justificaban lo que había pasado con la teoría de los dos demonios, pero ahora hay otra actitud por parte del comandante”, dice la fiscal y admite que el nombramiento de Aguerre significó una designación histórica, porque se nombró al hijo de quien fuera un preso político.
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