EL MUNDO › EL PRESIDENTE DEL EUROGRUPO ANUNCIó QUE NO HABRá ALIVIO INMEDIATO TRAS LA APROBACIóN DEL AJUSTE
El aplazamiento anunciado por el presidente del Eurogrupo deja en suspenso la difícil situación en Grecia, luego de la extenuante y complicada votación del domingo, cuando el Parlamento aprobó un nuevo ajuste.
El segundo rescate a Grecia, esperado tras la votación del domingo en el Parlamento a favor de un duro ajuste, necesitará más tiempo del previsto. La información fue confirmada ayer por el presidente del Eurogrupo, el luxemburgués Jean-Claude Juncker, y adelantó que hoy no habrá reunión de ministros de Finanzas en Bruselas tal como estaba pautado. La UE le exige al gobierno griego que lleve a cabo recortes de salarios, 15.000 despidos inmediatos de empleados públicos y privatizaciones al por mayor por un total de 3300 millones de euros.
La “troika” que integran la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional tendrá que seguir negociando con el gobierno griego sobre el ahorro de 325 millones de euros y de otras cuestiones pendientes, agregó el premier Juncker.
Originalmente estaba previsto que los ministros europeos aprobaran el plan de rescate mañana en una reunión extraordinaria en Bruselas, clave para evitar el default del país mediterráneo.
“Más allá de esto, aún no he obtenido la garantía política que se les ha pedido a los líderes de los partidos de la coalición griega para poner en marcha el programa”, aseguró Juncker. Esto implica el compromiso de la política griega de adoptar las medidas de seguridad incluso después de las elecciones de abril. Mientras tanto, en el Consejo de Ministros griego todavía se deliberaba al respecto en la noche de ayer.
El aplazamiento anunciado por el presidente del Eurogrupo deja en suspenso la difícil situación en Grecia, luego de la extenuante y complicada votación del domingo cuando el Parlamento aprobó un nuevo ajuste, que supone miles de despidos del sector público, entre otras medidas, para recibir 130.000 millones de euros.
La UE y especialmente la canciller germana, Angela Merkel, además de los dieciséis socios de Grecia en el Eurogrupo, quieren garantías de la voluntad de nuevos ajustes –se estima en 325 millones de euros– en un país que bordea ya el precipicio. Por tal razón, el primer ministro griego, el tecnócrata Lucas Papademos, participa de una reunión de su coalición de gobierno para certificar por escrito el compromiso de ajustar, aunque no hay señales claras de que los líderes de los distintos partidos fueran a firmar ese compromiso que los dejaría atados de pies y manos tras las elecciones anticipadas convocadas para abril.
La semana pasada, Juncker y los ministros de la UE habían puesto un ultimátum a Atenas y exigido una serie de condiciones para que se pueda implementar el paquete de ayuda y evitar la quiebra del país.
Entre los temas más delicados sobre los cuales los ministros quieren escuchar de Grecia palabras sin ambigüedades figura el acuerdo entre el gobierno y la banca internacional para que el sector financiero asuma parte de la reestructuración de deuda.
Se trataría de un intercambio más o menos voluntario de bonos, con un recorte del 70 por ciento, que equivale a cerca de 100.000 millones de euros, respecto de los 350.000 millones iniciales.
Según lo informado por Juncker, en la conferencia telefónica de hoy se debatirán algunos temas abiertos y los preparativos para la sesión ordinaria de ministros el lunes en Bruselas.
Más temprano, el comisario de Asuntos Económicos de la Unión Europea (UE), Olli Rehn, se había mostrado convencido de que en breve se iba a desembolsar el segundo paquete de ayuda europea y del FMI para Grecia, tras el primer paquete de ayuda a Atenas, por 110.000 millones de euros, acordado en 2010. Rehn, que realizó estas declaraciones durante una intervención en el Parlamento Europeo de Estrasburgo, precisó no obstante que la condición para desembolsar la ayuda es que se cumplan las condiciones de la UE y el FMI en cuanto a los nuevos ajustes. El comisario europeo dejó claro además que, a pesar de las masivas protestas del pasado fin de semana en Atenas contra los recortes, la UE y el FMI no renuncian a sus exigencias de ajuste en Grecia. “Ese es el marco en el cual nos movemos”, comentó, porque se trata, según dijo, de evitar una quiebra desordenada de Grecia, que afectaría también gravemente al resto de Europa.
Al mismo tiempo mostró comprensión por los manifestantes en Grecia. “Grecia ha vivido en la última década por encima de sus posibilidades”, se lamentó Rehn. Ahora, subrayó, la economía helena debe volver a la senda correcta. “Estamos con el pueblo griego”, concluyó.
Mientras, la Oficina Estadística griega (Elstat) informó que la economía de Grecia retrocedió un 6,8 por ciento interanual en 2011. En 2010, el PBI griego había caído ya un 4,5 por ciento respecto del año anterior. Hasta hace poco, el Banco Central griego preveía para 2011 una caída del PIB del 4 por ciento. La nueva información llega tan sólo días después de que se publicaran los nuevos datos de desempleo, que aumentó hasta el 20,9 por ciento. Según expertos, el agravamiento del retroceso económico se debe a la política de austeridad exigida por las instituciones internacionales al gobierno griego. Estas medidas de ahorro y recortes estarían ahogando la economía griega.
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