EL MUNDO › TODO SE VENDE POR LA CRISIS
› Por Tom Bawden *
¿Qué tienen en común la propuesta para las Olimpíadas de Roma de 2020, el martes de Carnaval de Portugal, el sol de Grecia, Ireland’s National Stud (el haras para la cría de caballos más emblemático de Irlanda) y el Servicio Nacional de control de Tráfico Aéreo de Gran Bretaña? Respuesta: todos están siendo vendidos o bien cancelados por los gobiernos europeos desesperados por volver a poner en su lugar sus finanzas públicas después de una década de vivir por encima de sus posibilidades.
Tales medidas hubieran, en otro momento, provocado un pánico generalizado. Ahora están todos a favor. Hubiera sido más sorprendente si Mario Monti no hubiera cancelado la oferta de las Olimpíadas que hubieran costado 9,5 mil millones de euros que su país, cercano a la bancarrota, no tiene. Pero no es sólo un ajuste de cinturón radical lo que estamos viendo. Un notable número de naciones están haciendo el equivalente de vender las joyas de la familia, en una venta por toda Europa de bienes estatales sin precedentes.
Grecia es probablemente el mayor rematador del continente, con un estimado de bienes por 50 mil millones de euros para la venta. Pero otros tienen la misma idea. Irlanda, por ejemplo, está considerando la venta de miles de millones de euros en bienes, desde el histórico puerto de Dublín hasta el haras para la cría de caballos, el Irish National Stud.
España está tratando de reunir efectivo descargando, entre otras cosas, dos importantes aeropuertos y una gran parte de su famosa lotería, “El Gordo”. Gran Bretaña está tratando de convertir el 49 por ciento de su participación en los Servicios de Tráfico Aéreo Nacional en efectivo, junto con el Centro de Televisión de la BBC en el oeste de Londres y el icónico Arco del Almirantazgo. Se espera que este último, en la plaza Trafalgar, se venda por 90 millones de euros y se convierta en un hotel. El ministerio de Defensa y la Cancillería también están planeando disponer espectacularmente de bienes para llenar los agujeros en sus finanzas. (Y eso sin mencionar las ventas que ya se han realizado, tales como el tren de alta velocidad de la estación St. Pancras de Londres al túnel de Canal de la Mancha, que fueron comprados por un par de fundaciones canadienses por 2,7 mil millones de libras esterlinas en noviembre de 2010.)
Estos paliativos desesperados pueden parecer ambiciosos en el mejor de los momentos, pero este no es el mejor de los momentos. La mayoría de las naciones de Europa necesitan urgentemente poner en orden sus finanzas, y la mayoría tiene la misma idea de reunir efectivo rápidamente a través de liquidaciones. Y si todos ponen las cosas a la venta al mismo tiempo, los precios se deprimirán.
Eso puede explicar por qué existe esa brecha entre las cifras que se informan cuando se anuncian las ventas y las sumas que se reúnen realmente. Grecia, por ejemplo, hasta ahora ha reunido 180 millones de euros del objetivo declarado de 50 mil millones de euros. Sin embargo, no debiera haber, en última instancia, una escasez de compradores.
China está buscando invertir en bienes en cada recoveco del mundo, mientras los gobiernos de Medio Oriente todavía quieren gastar su riqueza petrolera. Es difícil saber si sentirse contento o deprimido por esta perspectiva. Por un lado, cualquier cosa que nos ayude a escapar de la deuda es bienvenido. Por otro lado, las joyas de la familia, una vez vendidas, están vendidas. Como nuestra economía está cada vez más al margen de China e India, existe el gran peligro de que las cosas no vuelvan nunca a ser lo que eran.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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