Su “revolución bolivariana” despertó las peores sospechas de Estados Unidos. Sin embargo, las medidas económicas que el presidente venezolano Hugo Chávez anunció el pasado martes le hicieron lograr el apoyo del Fondo Monetario Internacional y ganar un calificativo hasta ahora impensable: neoliberal. Un derrumbe inicial del bolívar en un 26,9 por ciento contribuyó a generar un clima de incertidumbre que se expresó en la remarcación de precios, las largas colas en casas de cambio y bancos, y la parálisis del comercio, aunque posteriormente la moneda se recuperó en un 15,3 por ciento. Los pronósticos de mayores niveles de desempleo, recesión e inflación podrían atentar contra la estabilidad del gobierno de Chávez, cuyos críticos se están haciendo oír cada vez con más fuerza. El coronel rebelde Pedro Soto –que acusó a Chávez de autoritario y de tener contactos con las FARC– volvió a la carga ayer: fue para reafirmar que cuenta con el “total apoyo” de los militares.
La libre flotación monetaria reemplazó anteayer el sistema de bandas en funciones desde 1996, y en 24 horas el dólar se disparó de 803 a 1099 bolívares por unidad, lo que supone una devaluación del 26,9 por ciento. Finalmente, el tipo de cambio cerró ayer en 850 bolívares por dólar para la compra y 851 para la venta. El Banco Central de Venezuela informó que sólo destinará al mercado cambiario 60 millones de dólares diarios, que deberán cubrir la demanda: “No vamos a alimentar la fuga de capitales -aseguró su presidente, Domingo Maza Zavala–. “El Banco Central no va a arriesgar sus reservas internacionales.” Pero las reacciones respecto de las medidas fueron diversas. El economista Miguel Rodríguez, que diseñó el paquete de ajuste aplicado durante el segundo gobierno del presidente Carlos Andrés Pérez hace una década, señaló que Chávez debería ser incorporado al club de los monetaristas después de imponer una flotación del dólar “ortodoxa”. Maza lo negó: “No creo que sea así, es una política como cualquier otra. Diría más bien que es pragmática”, señaló.
Hay quienes sostienen que Chávez va a tener dificultades para afrontar el costo político y social de las medidas. De acuerdo con sondeos, la popularidad del presidente ya ronda el 35 por ciento, que resulta especialmente bajo si se tiene en cuenta el 80 por ciento de popularidad que tuvo cuando accedió al poder hace tres años. El diario El Nacional, que tiene una postura opositora, resumió el nuevo plan económico en estos términos: “Hugo se disfrazó de neoliberal salvaje”. El vespertino Tal Cual, dirigido por el ex ministro de Planificación Teodoro Petkoff, dijo con sarcasmo que la “lengua es el castigo del cuerpo”. El presidente del partido opositor socialdemócrata Acción Democrática, Henry Ramos, señaló que el presidente “es neoliberal sin saberlo y tuvo otra vez que aplicar el librito del neoliberalismo”.