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El dominó sudamericano recién empieza
Por Larry Elliott
En 1997, fue el Sudeste Asiático. Ayer había temores de que Venezuela pudiera ser el primer dominó sudamericano en caer en un ataque de contagio latinoamericano que amenace al continente después del colapso de Argentina.
El Banco Central de Venezuela fue forzado a acudir a sus evanescentes reservas en divisas para detener la caída libre del bolívar después de que cayera fuertemente en relación con el dólar por segundo día consecutivo. Después de un temprano brote de las ventas, el bolívar cayó por debajo de 1000 respecto al dólar, pero luego subió casi un 20 por ciento después de una fuerte intervención de las autoridades. Los economistas predicen que esta movida sólo entregará un respiro de corto plazo para un país que sufre un crecimiento débil, la caída de los precios del petróleo y un gran déficit presupuestario. “Los mercados piensan que es una apuesta en una sola dirección posible, particularmente desde que Venezuela ha usado ya casi todas sus reservas –dijo un analista–. Es sólo una cuestión de tiempo.”
Se estimaba que el bolívar estaba sobrevaluado en un 30 por ciento en relación al dólar, y la decisión de dejar flotar la moneda esta semana fue un intento de último minuto para detener la fuga de capitales. Pese a una popularidad en descenso y una reciente huelga nacional, el presidente venezolano Hugo Chávez apostó a estimular la confianza de los inversores extranjeros con un recorte presupuestario del 22 por ciento.
Colombia es vista como otra economía débil que ya está lista para un ataque especulativo, mientras el banco privado más grande de la Argentina, el Banco de Galicia, ha suspendido sus operaciones en Uruguay después que los inversores retiraran un tercio de los depósitos. La gradual expansión de la crisis financiera de un país a otro refleja la del Sudeste Asiático, donde los problemas empezaron en Tailandia en julio de 1997 y repercutieron en toda la región durante el resto del año hasta que el Fondo Monetario Internacional rescató a Corea del Sur en diciembre de 1977.
Algunos analistas dijeron ayer que no había evidencias de que el contagio se fuera a propagar a economías emergentes en Europa del Este y Asia, aunque el rand sudafricano ha estado bajo presión en las casas de cambio en las últimas semanas. Dentro de Sudamérica misma, se piensa que Brasil tiene la clave para limitar los daños provenientes de la Argentina. La moneda de la economía más grande de la región se ha ablandado un poco últimamente a medida que los cambistas se ponían a la defensiva a la zaga de los problemas de Argentina, pero hasta ahora hubo pocos signos de una fuga de capital en gran escala.
Tres años atrás, Brasil fue el último país en ser impactado por la crisis monetaria de los últimos ‘90, pero los problemas de inicios de 1999 pueden ayudar ahora. La gran devaluación del real brasileño frente al dólar ha vuelto sus exportaciones mucho más competitivas que las de países como Argentina y Venezuela, que han mantenido regímenes rígidos de tipo de cambio.
(De The Guardian de Gran Bretaña, especial para Página/12).