El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva sorprendió a propios y extraños al afirmar que, después de haber vencido al cáncer, se incorporaba nuevamente a la vida política de su país para ayudar a que Brasil continúe creciendo y desarrollándose. “Recibí la noticia más importante que cualquier ser humano puede recibir”, confió el ex mandatario en un video grabado, después de que los médicos comprobaran la desaparición completa del tumor que le había sido detectado en la laringe en octubre. En la cinta, difundida por su oficina de prensa, Lula agradece a Dios, a su familia, a su esposa Marisa, a los médicos, a todos los funcionarios del Hospital Sirio Libanés –donde fue tratado– y de forma especial a su delfín político y sucesora en la Presidencia, Dilma Rousseff. “Con la experiencia de haber vencido a un cáncer (que sufrió en el sistema linfático en 2009), la compañera Dilma fue una de las personas que más ánimo me dieron en los peores momentos”, dijo Lula. También agradeció la fuerza que dijo haber recibido de todo el pueblo.

Rousseff, por su parte, expresó su satisfacción por la desaparición del tumor que padecía su compañero del Partido de los Trabajadores (PT). “Hablé con él, está todo superado. Es una noticia muy pero muy buena. El debe estar festejando mucho. De cierta forma, esperábamos esta noticia, pero mejor tener la certeza de los exámenes como ahora. Estoy feliz, claro”, dijo con emoción la mandataria. La presidenta brasileña se encuentra en Nueva Delhi, donde participará en la reunión de mandatarios del grupo Brics (que Brasil integra junto a Rusia, India, China y Sudáfrica). Allí fue informada por el propio Lula sobre el estado de salud del ex presidente. La jefa de Estado vivió en carne propia el duro tratamiento de quimioterapia cuando, en 2009, afrontó un cáncer linfático, mientras era jefa de ministros de Lula, tras lo cual, un año después, fue candidata presidencial y se alzó con la victoria en los comicios presidenciales.

“Yo creo en el futuro de Brasil, no hay país más preparado para crecer, para vencer, que Brasil. Volveré a la militancia más maduro, cuidando más la salud, luchando para mejorar un poco más la vida de nuestro pueblo. Vuelvo a la vida política”, anunció Lula. En ese aspecto, enfatizó que Brasil necesita seguir desarrollándose, generando empleo y mejorando la vida de millones de personas que accedieron a la clase media y no quieren volver atrás y de varios millones que quieren llegar allí todavía. El 29 de octubre, tras ser diagnosticado de cáncer, el histórico dirigente del Partido de los Trabajadores (PT) fue sometido a un tratamiento de quimioterapia que siguió al pie de la letra hasta diciembre y luego atravesó 33 sesiones de radioterapia, que concluyeron a fines de febrero.

Durante el tratamiento perdió cerca de diez kilos y a inicios de este mes permaneció hospitalizado una semana por una neumonía, que los médicos consideraron como una reacción normal en un paciente con el sistema inmunológico deprimido. Según un boletín médico difundido ayer, el ex jefe de Estado fue sometido a una resonancia nuclear magnética y a una laringoscopia, testeo que contribuyó a comprobar “la ausencia del tumor visible”.

Los médicos también señalaron que el ex mandatario sólo podrá normalizar sus actividades totalmente dentro unos treinta días. Sin embargo, Lula no pudo con su genio: después de abandonar el hospital donde se sometió al análisis, se dirigió directamente hacia la sede del Instituto Lula (que fundó y dirige) para grabar el mensaje. Si bien el ex mandatario no aclaró cómo ni cuándo formalizará su regreso a la política, el PT descuenta que participará en las campañas de muchos de sus candidatos para las elecciones municipales de octubre.

La noticia sobre la desaparición del tumor, que ayer fue confirmada por los estudios que se le practicaron en el Hospital Sirio Libanés –donde lo operaron cuando se le diagnosticó cáncer–, fue lanzada hace dos meses por su médico personal, el oncólogo Artur Katz. En ese momento, Katz aclaró que eso no significaba que Lula se hubiera curado y que debía seguir internado por precaución. El especialista había señalado, en declaraciones difundidas por el sitio web del diario Folha de Sao Paulo, que la desaparición de la enfermedad había sido constatada en una tomografía que se le había practicado al ex mandatario.

El médico había resaltado, además, que para tener plena seguridad de que el tumor efectivamente había sido combatido con éxito, era necesario aguardar el resultado de una endoscopia, planificada en febrero para entre cuatro y seis semanas después de que Lula terminara con el tratamiento de radioterapia, cuya tercera y última sesión se le practicara a mediados de diciembre. “La endoscopia es el mejor examen para evaluar eso –afirmó Katz– porque la tomografía puede no detectar células cancerígenas”, explicó el oncólogo.