EL MUNDO
› HABLA ROBERT KAGAN, DIVULGADOR DE LAS “NUEVAS IDEAS” DEL PENTAGONO
“Nadie cuerdo lanzaría otra guerra”
Por Berna Harbour*
Robert Kagan es el principal divulgador de las ideas de los halcones civiles del Pentágono. Aquí lo que tuvo que decir tras el desenlace de la invasión a Irak.
–Conforme a la nueva estrategia de seguridad de EE.UU., ¿qué viene después de Irak? ¿Irán, Siria, Corea del Norte?
–Tengo bastante confianza en que no. Tal vez algunos comentarios malinterpretados de algunos miembros de la Administración han contribuido a un temor exagerado en Europa de que EE.UU. se va a embarcar en una intervención militar tras otra. Pero simplemente, no es el caso. Irak ha absorbido tanta capacidad militar que nadie en sus cabales buscaría ahora otra intervención. Espero que ante otros países que desarrollan armas de destrucción masiva valdrán los métodos pacíficos y que Europa y EE.UU. puedan fomentar una reforma interna en países como Irán. Irak ha sido un caso especial. En el caso de Corea del Norte, la vía militar ya no es válida porque ya tiene armas nucleares. Esa es una de las razones por las que era importante enfrentarse a Saddam Hussein antes de que consiguiera sus armas nucleares.
–¿Y no cree que eso envía un mensaje a los regímenes autoritarios de que si tienen la bomba están a salvo?
–Bueno, esos países ya han llegado a esa conclusión por su cuenta. Corea del Norte ha trabajado en su arma nuclear durante dos décadas. La primera guerra del Golfo convenció a muchos países de que EE. UU. no podía ser vencido de forma convencional y que la forma única de resistir su poder militar es con armas de destrucción masiva.
–Escribe en su libro que Pearl Harbor sentó las bases de la presencia norteamericana en Extremo Oriente y en Europa y que el 11-S ha sentado las bases de su presencia en Oriente Medio y Asia Central. ¿Pero cómo trasladar esto a la democracia real en esos países?
–Es ingenuo pensar que vas a tener gobiernos democráticos por todo el mundo árabe y Oriente Medio. La gran pregunta es, primero, qué pasa en Irak. Y ahí debemos dejar que el pueblo iraquí se gobierne en un sistema lo más democrático posible. En lo que respecta a la región, hemos apoyado varias dictaduras durante cuarenta años, tanto EE.UU. como Europa. Ahora hay muchos que piensan que esto ha sido un error, no sólo por la violación de nuestros principios, sino también por el resentimiento que esto crea. Así que ¿no deberíamos intentar usar todos los medios, no sólo los militares, para intentar promover una reforma en los países árabes, como hicimos en Latinoamérica y en Asia, donde había dictaduras y ahora hay algunas democracias? No sé por qué al mundo árabe hay que negarle la democracia. Hay incluso democracias en Africa.
–¿Cree entonces que ésta ha sido una guerra de liberación, o una guerra por petróleo?
–Estoy seguro de que no ha sido una guerra por petróleo. Si EE.UU. quisiera sólo el petróleo, había una forma mucho más barata de conseguirlo, y menos arriesgada: quitar las sanciones, normalizar las relaciones con Saddam, y él habría sido feliz de vender el petróleo a EE. UU. Esa era la opción francesa. La guerra fue por razones de seguridad. Sé que muchos europeos no lo entienden, pero ésa era la razón.
–Usted sostiene que la brecha se inició con Clinton y que los demócratas están mucho más cerca de Bush que de Europa, para sorpresa de los europeos. ¿Cree realmente que con Al Gore en el poder todo habría sido igual?
–Sí creo que EE.UU. estaba en rumbo de colisión con Irak y lo ha estado durante tiempo, y creo que es sólo accidental que haya ocurrido cuando ha ocurrido. Si miras atrás, a los noventa, Clinton casi fue a la guerra contra Irak en febrero de 1998. Clinton bombardeó extensamente Irak en diciembre de 1998 sin permiso de la ONU. Puedes volver atrás y leer montones de discursos de Clinton sobre la amenaza que representaba Saddam y eran, palabra a palabra, lo mismo que dice Bush. Al Gore era un halcón en el Partido Demócrata, y su candidato a vicepresidente, Joseph Lieberman, era uno de los principales halcones contra Saddam en Norteamérica. Así que no sé si habría ocurrido exactamente en este momento o en otro, de esta manera o de otra, no lo sé. Pero la idea de que la política de Irak se improvisó después del 11-S y fue aprobada por pocas personas es equívoca y simplemente ignora un enorme preparativo histórico.
* De El País de Madrid, especial para Página/12.