EL MUNDO › EL GOBIERNO DEL PARTIDO POPULAR MANTIENE LA POLEMICA REFORMA
Funcionarios conservadores descartaron frenar la flexibilización laboral y el ajuste para hacer frente a la grave crisis económica por la que atraviesa España desde 2008. Fuertes críticas de políticos de Izquierda Unida.
Los 800 mil españoles que salieron a la calle ayer en la séptima huelga general de la historia en España para protestar contra la reforma laboral no lograron mover un ápice la voluntad del gobierno del Partido Popular. Tanto el presidente Mariano Rajoy como sus funcionarios parecieron estar mirando ayer otro canal. Al ser consultado a su arribo a la Cámara de Diputados sobre la huelga, el jefe de gobierno conservador respondió que todo se encontraba bajo “total normalidad”.
Funcionarios conservadores descartaron dar marcha atrás con la flexibilización laboral y el ajuste para hacer frente a la grave crisis económica por la que atraviesa España desde 2008, que lo coloca como el país con más desempleo del Viejo Continente. “La reforma no se va a modificar en su parte troncal y la agenda reformista es imparable”, fue la lapidaria respuesta de la ministra de Empleo, Fátima Báñez, a las demandas de los 800.000 españoles que salieron ayer a las calles.
No sólo eso, sino que, desconociendo el impacto de tamaña manifestación, aseveraron, en una suerte de negación de la realidad, que la huelga tuvo alcances “muy moderados”. “El día de huelga ha transcurrido marcado por las notas de normalidad y tranquilidad”, fue el asombroso balance que hizo la directora general de Política Interior, Cristina Díaz, quien eligió no mencionar la represión de la policía en Madrid ni los destrozos de locales y graves enfrentamientos registrados en Barcelona.
Para hablar del alcance moderado de la huelga, Díaz se recostó sobre cálculos en datos como el consumo eléctrico o la incidencia en el sector público, en el que el paro fue seguido por el 16,71 por ciento en la Administración General del Estado, el 19,42 por ciento en las administraciones autonómicas y el 15,24 por ciento en la local.
La ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, señaló que la mayoría de los españoles fue a trabajar con normalidad. “Y también estoy segura de que de los cinco millones doscientos mil parados, a muchos de ellos les gustaría haber tenido la oportunidad de ir a trabajar en el día de hoy (por ayer)”, fueron las astutas declaraciones de Mato.
La provocación llegó de la mano del secretario cuarto de la Mesa del Congreso y diputado navarro del PP, Santiago Cervera. “¿Esto es una huelga general? Esto es un fracaso de los sindicatos y del PSOE”, se mofó el parlamentario del PP en un comentario a través de su cuenta personal de Twitter.
También formó parte del coro el portavoz parlamentario del PP, Alfonso Alonso, quien, a diferencia de su compañero, moderó su discurso. “Parece que, de momento, está siendo una jornada tranquila. Y el trabajo ahora es garantizar los derechos. Y en esta Cámara el trabajo del PP y del Congreso es seguir adelante con las reformas para que 5,3 millones de españoles que no tienen trabajo lo puedan encontrar en un futuro”, dijo el diputado popular.
En una postura más analítica se plantó el diputado de Izquierda Unida (IU) Alberto Garzón Espinosa. El legislador escribió una larga columna en su blog, en la que exhibe claroscuros en los acontecimientos, pero no duda a la hora de calificar el alcance de la medida. “La huelga y las manifestaciones han sido un éxito porque han permitido la convergencia en la acción de numerosos colectivos que antes luchaban –si lo hacían– por separado. Y eso tiene implicaciones políticas muy importantes que me gustaría señalar”, comienza. Garzón Espinosa destaca la alta participación en conjunto de un amplio abanico de partidos de izquierda, entre los que pondera a IU y menciona a ciertos cuadros del PSOE, aunque recuerda que el partido liderado por Alfredo Pérez Rubalcaba de-saconsejó participar de la huelga. “No creo que sea importante el número preciso de manifestantes –que, según mi impresión, ha sobrepasado todas nuestras expectativas–, sino el fondo de la cuestión. Tenemos a la gente movilizada de nuevo y se trata de seguir poniendo piedras en las ruedas de una bicicleta que nos lleva a la sociedad al desastre absoluto”, ahondó el diputado de IU.
En esa misma tónica, el diputado de IU Gazpar Llamazares dijo desde Oviedo, donde participó de la manifestación, que el alto acatamiento a la misma debe oficiar como un mensaje para el presidente. “Rajoy debe rectificar cuanto antes, si no quiere que el hilillo de la pérdida de legitimidad se convierta en chorro, para el PP y para el gobierno”, señaló. El coordinador federal de IU, Cayo Lara, le advirtió al gobierno que habrá más elementos de contestación si no da marcha atrás y retira la reforma laboral. Lara formuló esas declaraciones antes de sumarse a la manifestación en Madrid. “Los trabajadores han sido conscientes de que hoy hay que volver a salvar la democracia, porque ésta no puede existir sin los derechos laborales que este gobierno quiere arrancar a quienes más están sufriendo la crisis”, aseguró.
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