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› BUSH AHORA SOSTIENE QUE SE PUEDE NEGOCIAR CON PYONGYANG
No dije lo que dije sobre las Coreas
Después de una escalada mutua de meses en torno de la decisión de Corea del Norte de reanudar sus programas nucleares de aplicación militar, el jefe de la Casa Blanca tomó ayer el camino de una decisión negociada. Y elogió a China, que se encuentra detrás de los programas norcoreanos.
Estados Unidos puso el énfasis en la vía pacífica sobre la crisis con Corea del Norte. El presidente norteamericano, George W. Bush, dijo ayer que si su país trabaja con Japón, Corea del Sur y China, juntos tienen “buenas oportunidades” de convencer a Pyongyang de no desarrollar armas nucleares. Bush elogió a China al afirmar que Pekín se compromete ahora a respetar la decisión tomada durante una visita a Estados Unidos el año pasado por el ex presidente Jiang Zemin en favor de una península coreana sin arsenal nuclear. La declaración de Washington ocurre en momentos que todavía está en suspenso la reunión para esta semana con Corea del Norte en la que participa China, luego del anuncio norcoreano de que estaría reprocesando miles de barras de combustible nuclear. Y después de que ayer la agencia oficial norcoreana KCNA lanzara un llamado a los coreanos de todo el mundo –o sea, principalmente de Corea del Sur–, a unirse para resistir las acciones de Estados Unidos en vistas de una guerra con su país.
“Creo que los cuatro tenemos una buena posibilidad de convencer a Corea del Norte de abandonar sus ambiciones de producir un arsenal nuclear”, declaró Bush a periodistas tras asistir a la celebración de una misa de Pascuas en una base militar de Texas (sur). Una reunión tripartita entre representantes de Estados Unidos, China y Corea del Norte está prevista esta semana en Pekín, pero el régimen norcoreano anunció el jueves que estaba reprocesando combustible nuclear radiactivo, lo cual llevó a Washington a vacilar sobre la realización del encuentro. Seúl y Tokio son favorables al mantenimiento de la cita, pero Washington aún no anunció una decisión. Estados Unidos ha dicho que esa actividad de Pyongyang “es un asunto extremadamente serio”, aunque ahora el presidente Bush y su secretario de Estado, Colin Powell, subrayan la salida diplomática al conflicto. Fuentes de la administración estadounidense se refirieron a la ambigüedad del anuncio norcoreano sobre el reprocesamiento de las barras de combustible nuclear de la central nuclear de Yongbyon, que llevaría a la fabricación de plutonio suficiente para desarrollar media docena de bombas atómicas.
En ese momento, el Departamento de Estado norteamericano aseguró que pudo producirse un error de traducción, puesto que la declaración de Pyongyang, difundida por la agencia oficial de noticias norcoreana, fue inicialmente transmitida al resto del mundo en inglés. En ella se leía textualmente: “Estamos reprocesando con éxito más de 8000 barras de combustible usadas en su fase final”. Pero una posterior traducción del original en coreano realizada por funcionarios estadounidenses ofreció un matiz distinto del anuncio: “Estamos completando con éxito la fase final para el reprocesamiento de unas 8000 barras de combustible usadas”. Con esta última versión los estadounidenses dijeron descreer que Corea del Norte estuviera realizando esa actividad. De todas formas, el anuncio de Pyongyang es considerado por analistas políticos norteamericanos como el mayor paso de provocación adoptado por Corea del Norte desde que se desató la crisis nuclear.
Entretanto, el comisario de Relaciones Exteriores de la Unión Europea, Chris Patten, afirmó ayer que Corea del Norte es un “peligro real para el mundo” y corre el riesgo de convertirse en una “fábrica de bombas”. Agregó que “espero que con una diplomacia constructiva y no dogmática de Estados Unidos, apoyada por la comunidad internacional, en particular por China, Japón y Rusia, podamos resolver lo que potencialmente es un problema mucho más serio de lo que era Irak”. Si las conversaciones se celebran como fueron anunciadas entre el 23 y 25 de abril en la capital de China, la delegación estadounidense estaría encabezada por el subsecretario de Estado para asuntos de Asia, James Kelly. Kelly ha mantenido contactos sobre esa cita con representantes de alto nivel de los gobiernos de Corea del Sur y de Japón. A la cabeza de la misión norcoreana estaría Jo Myong-rok, quien visitó Washington en octubre del 2000 y ha sido el primer representante de alto nivel de ese país en viajar a Estados Unidos. Las autoridades norcoreanas dieron señales de que están preparadas para acudir a la reunión de Pekín, en la que los representantes chinos no tendrían ninguna participación directa en el debate entre los funcionarios de la Casa Blanca y de Pyongyang, de acuerdo con fuentes diplomáticas.
La crisis entre Estados Unidos y Corea del Norte estalló en octubre del año pasado luego que la Casa Blanca advirtió que el régimen de Kim Jong-il había iniciado un programa secreto de enriquecimiento de uranio en violación a un tratado de control de armamentos nucleares de 1994. Washington le suspendió su ayuda económica y Pyongyang se retiró del Tratado de No Proliferación de armas nucleares.
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