EL MUNDO › BREIVIK DECLARó POR LA MASACRE
En el primer día de juicio por la masacre de 77 personas, el nazi Anders Behring Breivik (foto) confesó ayer la autoría de los crímenes que cometió en Noruega en 2011 y desconoció al tribunal que lo juzga por “multicultural”. “Admito los hechos, pero no me considero culpable”, dijo el islamófobo de 33 años ante el tribunal de Oslo, y se mostró imperturbable durante la mayor parte de la audiencia. La Justicia noruega lo acusa de asesinato premeditado y de terrorismo, cargos de los que Breivik trata de evadirse aduciendo que actuó en legítima defensa.
El 22 de julio de 2011, la capital noruega amaneció sacudida de manera inédita por una bomba que estalló en el edificio donde están las oficinas del primer ministro laborista Jens Stoltenberg, que no se encontraba en el lugar. En ese atentado murieron ocho personas. Mientras Noruega intentaba recomponerse del primer atentado terrorista de su historia, 69 personas –la mayoría menores de 20 años– eran acribilladas horas más tarde por el mismo asesino, a unos pocos kilómetros del centro de Oslo.
Aquella tragedia ocurrió en el campamento de las juventudes del Partido Laborista gobernante, en la isla de Utoya. Breivik se había hecho pasar por un policía que simulaba llevar tranquilidad a los jóvenes, horas después del atentado que él mismo cometió en Oslo. Cuando los jóvenes se acercaron, Breivik comenzó a dispararles a quemarropa durante una hora y media.
Según su abogado, Breivik no considera estos actos como criminales, ya que el asesino alegó haber actuado en defensa propia. Vestido con un traje oscuro, levantó el brazo derecho con el puño cerrado a la manera del antiguo saludo fascista al ingresar ayer en la sala del tribunal.
“No reconozco el sistema judicial noruego porque actúa bajo mandato de partidos que apoyan el multiculturalismo”, afirmó sentado entre sus abogados, en su primera declaración.
La fiscal Inga Bejer Engh inició la presentación leyendo las 19 páginas de la acusación, con los nombres y edades de los 77 muertos y 42 heridos graves que dejó su ataque y fue desgranando además en detalle todas las lesiones sufridas por las víctimas. Al tiempo que la fiscal procedía a la lectura, un frío y calmado Breivik miraba documentos, mientras muchas de las personas del público, varias de ellas parientes de los jóvenes asesinados, rompían en llanto.
La fiscalía también aportó como evidencia el video denominado 2083: Una declaración de independencia europea, que fuera colgado en YouTube por Breivik antes de perpetrar las masacres. Al momento de la proyección, el acusado se quebró hasta las lágrimas. El video, de corte ultranacionalista, versa sobre el argumento de que Europa está controlada por los defensores del “marxismo cultural” y el “multiculturalismo” y que es necesario defenderse ante la “amenaza” que supone la “invasión islámica”.
En una caótica sucesión de fotos, carteles y dibujos propagandísticos, Breivik sitúa el ascenso del “marxismo cultural” tras el fin de la Segunda Guerra Mundial y denuncia la “deconstrucción de la tradición cultural europea”. Como ejemplo, aparece una bandera de la Unión Europea (UE) con la hoz y el martillo en el centro o con su logotipo convertido en Unión Euroárabe. En el video se incluyen referencias continuas a los templarios y la revolución conservadora, a los nuevos cruzados que deben inspirarse en figuras como El Cid, Ricardo Corazón de León o el zar Nicolás I para luchar contra el “genocidio europeo”. La Fiscalía justificó la difusión del video por su valor a la hora de reflejar las ideas de Breivik. El fiscal Svein Holden también aportó imágenes de vigilancia inéditas de la explosión y reveló llamadas de auxilio de una joven desde la isla de Utoya: “Vengan rápido, los disparos no cesan”.
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