Unos 1600 presos palestinos en cárceles israelíes iniciaron ayer, al conmemorarse el Día del Prisionero palestino, una huelga de hambre indefinida para mejorar sus condiciones de reclusión. “La situación dentro de las prisiones se ha vuelto extremadamente difícil y peligrosa”, declaró antes de que comenzara la medida el ministro de Asuntos de los Prisioneros, Issa Qaraqe. “Los presos envían un mensaje a la comunidad internacional para que presione a Israel para que garantice los derechos básicos de los presos”, agregó.

Los presos exigen el fin de las detenciones sin juicio –llamadas administrativas–, la supresión de castigos como el de aislamiento, la mejora de la atención médica y que se permita a los internos seguir estudiando y las visitas familiares. También protestan en contra de las detenciones administrativas, una política que Israel ha usado para encarcelaciones indefinidas por motivos de seguridad, y piden el fin del confinamiento en aislamiento para castigar a los prisioneros.

Con motivo del Día del Prisionero palestino se programaron diversas actividades oficiales y populares en todo el territorio palestino, entre ellas el encendido de la Antorcha de la Libertad en honor de algunos de los prisioneros en huelga que tendrá lugar en la ciudad de Yenín, en el norte de Cisjordania.

El servicio penitenciario israelí dijo en un comunicado que “hay que esperar 48 horas” para ver el calibre de la protesta. “El Día del Prisionero es conocido como la fecha en la que los presos suelen devolver las comidas. Existe la posibilidad de que algunos de ellos decidan seguir posteriormente una huelga de hambre, estamos preparados a esta posibilidad como en el pasado”, agregó.

Según la Autoridad Nacional Palestina (ANP), unos 4700 presos se encuentran en las cárceles israelíes. En octubre del 2011, Hamas y el gobierno israelí acordaron la liberación de 1027 prisioneros palestinos a cambio del soldado Gilad Shalit, secuestrado en la frontera con la Franja de Gaza en junio del 2006.

En los años ’70 empezaron con reclamos básicos, de insumos primarios como hojas y lápices para escribir. Desde entonces su eventual liberación forma parte de todas las negociaciones en las que se discute un plan de paz para Medio Oriente. La semana pasada, Israel y la Autoridad Palestina anunciaron que retomarían dicho diálogo, interrumpido el año pasado por la política de asentamientos en Palestina del gobierno israelí.

Los huelguistas actuales piden más acceso a la educación, libros y diarios. En los actos con motivo de esta jornada, el dirigente de Al Fatah Abbas Zaki avisó: “No habrá paz ni seguridad sin la liberación de todos los presos de las cárceles israelíes”.