Como si no tuviera suficiente con las múltiples denuncias por abuso de menores y escándalos financieros, el Vaticano enfrenta ahora otro desastre ante la opinión pública tras censurar a monjas feministas en Estados Unidos. Los líderes del Vaticano piden cambios radicales en el liderazgo de la Conferencia de Mujeres Religiosas, que representa a la mayoría de las órdenes religiosas en Estados Unidos, luego de que apoyara la nueva política de salud impulsada por Obama. Esta reforma incluye nuevas normas para el aborto y los anticonceptivos. También acusaron al grupo, que cuenta con 1500 miembros, de ser incompatible con la Iglesia por tener actitudes feministas radicales. Según el Vaticano, las hermanas rebeldes se atreven a estar en desacuerdo o desafiar las posiciones de los cardenales, “los auténticos maestros de fe y moral en la Iglesia”. El órgano de control del Vaticano, la Congregación para la Doctrina de la Fe, hizo temerarias declaraciones esta semana luego de una investigación llevada a cabo por el cardenal Leonard Blaire, de Toledo (Ohio). La Congregación afirma que la Conferencia de Mujeres Religiosas no promueve la enseñanza en la Iglesia de temas como la sexualidad humana, además de no alzar la voz por el derecho a la vida, como parte del debate público en torno del aborto y la eutanasia.