Sáb 26.04.2003

EL MUNDO  › UN JOVEN SECUESTRO UN MICRO Y LUEGO SE ENTREGO

Máxima velocidad en alemán

Por Ciro Krauthausen *
Desde Berlín

Un joven alemán de origen libanés, de 17 años, se apoderó ayer de un ómnibus de servicio público en Bremen, al norte del país, tomando 19 rehenes con los que pretendía llegar hasta Munich, en el sur. Tras parar el vehículo en medio de una autopista y entablar negociaciones con la policía, el secuestrador se entregó a las autoridades y liberó sanos y salvos a los pasajeros. El joven pretendía protestar “contra Israel” y forzar la liberación de cuatro terroristas detenidos.
Los responsables de Interior de los dos Estados federales que atravesó el ómnibus –Bremen y Baja Sajonia– dieron anoche informaciones contradictorias sobre el secuestro y los motivos del joven, que habría anunciado en una carta su intención de viajar a Medio Oriente para ahí luchar contra Israel y además se habría propuesto liberar a islamistas retenidos en la lucha contra el terrorismo. “Toda resistencia es inútil. No estoy solo. Si no logro mi misión, gran parte de Hannover (capital de Baja Sajonia) quedará en escombros”, se lee en una carta dejada la víspera a sus padres, según las autoridades de Bremen.
El supuesto armamento con el que, poco antes de las 10 de la mañana, se apoderó de un autobús de la línea 120 en Bremen, sin embargo, resultó falso: la pistola fue de detonación, y las presuntas bombas químicas eran apenas botellas rellenadas con alcohol. Encañonando al conductor y arrinconando a los 19 pasajeros en el fondo del vehículo, el secuestrador forzó la marcha hacia el sur. En el camino, liberó a tres señoras mayores. Otro rehén pudo escapar.
Con coches policiales y ambulancias detrás y adelante, el micro alcanzó a recorrer cerca de 150 kilómetros a una velocidad acorde con este tipo de vehículos de transporte. Finalmente, paró cerca de la ciudad de Hildesheim, porque uno de los pasajeros tenía que ir al baño, según la policía de Baja Sajonia. A través de la puerta abierta del ómnibus y un teléfono móvil, los psicólogos policiales entablaron conversación con el joven que, finalmente, tras seis horas y media de secuestro, se dejó convencer y desistió de sus propósitos.
Nacido en Líbano, el año pasado había sido nacionalizado alemán. Anoche todo indicaba que no forma parte de ningún grupo terrorista. Pero el episodio sucede en momentos en que la región de Medio Oriente atraviesa una de sus mayores crisis, a causa de la guerra contra el terrorismo que lideró Estados Unidos en Irak. Aparte de sus intenciones políticas, el asalto del ómnibus pudo haber sido un intento de imitar a un hombre de 46 años que el 11 de abril pasado, tras asaltar un banco, se apoderó en Berlín de otro vehículo de transporte público. Luego de paralizar el vehículo en una céntrica calle de la capital alemana, comandos especiales de la policía acabaron por tomar el micro, liberando sanos y salvos a los dos rehenes que quedaban en manos del secuestrador, que resultó herido. El hombre había asaltado el banco junto a un cómplice, que sigue prófugo.

* De El País, de Madrid. Especial para Página/12.

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