Mié 11.07.2012

EL MUNDO  › DEBATE

Un balance equivocado

Con este texto el secretario ejecutivo del Foro de San Pablo discute la opinión que el sociólogo Atilio Boron publicara en este diario en la edición de lunes 9 de julio, titulada “El Foro de San Pablo y después”.

› Por Valter Pomar *

Acabo de recibir un correo del Servicio Informativo Alaiamlatina, que contiene el artículo de Atilio A. Boron titulado “Foro de San Pablo y después. Balance desde Caracas”.

Boron estuvo presente, por invitación de los anfitriones venezolanos, en la mesa principal del acto de clausura del XVIII Encuentro del Foro de San Pablo. No sé si estuvo presente en otros Foros, no sé si participó en otros momentos del XVIII Foro. Lo que sé es que su balance es incorrecto.

Comienzo por las equivocaciones de hecho.

Boron dice que no se entiende cómo las autoridades del FSP le negaron el derecho a la palabra –no sólo el ingreso de la Marcha Patriótica como una organización política afiliada al Foro, pese a todos los avales presentados por partidos políticos dentro y fuera de Colombia– a la senadora Piedad Córdoba. De hecho, si fuese verdad, no sería comprensible, pero lo que dice Boron no es verdad.

La Marcha Patriótica solicitó el ingreso al Foro de San Pablo a través de un correo electrónico enviado la misma semana en que se realizó el XVIII Encuentro del Foro. Las normas del Foro, normas que nos permitieron llegar enteros hasta aquí, establecen que para que una organización ingrese es necesario el consenso de todos los partidos nacionales, después el consenso del Grupo de Trabajo y luego el consenso de la Asamblea del Foro.

A pesar de la buena voluntad general, como la solicitud fue hecha demasiado tarde, no fue posible responder a tiempo a todos los partidos colombianos si estaban de acuerdo con la entrada de la Marcha Patriótica. Y sin el apoyo explícito y formal de todos los partidos nacionales, donde existen, no hay cómo aprobar el ingreso de una nueva organización, sea cual fuere, tenga los avales que tenga.

Boron dice que las autoridades del Foro (¿quiénes serán estas autoridades?) le negaron a Piedad Córdoba el derecho de palabra. Mi pregunta es: ¿a quién le solicitó ella este derecho? ¿Y quién se habría negado? Espero que Boron responda.

Hasta entonces sólo puedo decir lo que sé y que presencié, en la condición de secretario ejecutivo del Foro y coordinador de varias de las reuniones ocurridas durante el XVIII Encuentro. Y lo que sé y lo que presencié es que, si ella lo hubiese solicitado, le habríamos concedido la palabra, como se la concedimos a algunos otros invitados.

Boron habla de argucias leguleyas, inadmisibles en una entidad que dice ser de izquierda, nos privaron de escuchar su testimonio, lo que no pasó inadvertido por el presidente Chávez.

Aunque fuese verdad lo que él dice, sobre habernos negado la palabra, aun así es aterrador ver a alguien de izquierda escribir algo de este nivel, como si Chávez fuera un vigilante nocturno y Boron su mensajero. Definitivamente, erudición marxista y comportamiento adecuado son cosas distintas.

Boron también dice que otro tanto se hizo con los hondureños de Libertad y Refundación (Libre), partido que representa mejor que ningún otro la resistencia al gobierno de Porfirio Lobo.

Simplemente no entiendo lo que Boron quiere decir. ¿De qué otro tanto, de qué exclusión está hablando?

Para quien no está informado: durante la reunión del Grupo de Trabajo del Foro de San Pablo, el día 3 de julio, fue debatida la relación entre el Libre y el Foro de San Pablo. Formalmente, quien forma parte del Foro es el Frente de la Resistencia. Quedó decidido en la reunión del GT que, tan pronto como Libre solicite la adhesión al Foro, será admitido, pero que esta solicitud debe ser efectuada por ellos, dado que hay sectores que integran el Libre y no forman parte del Frente de la Resistencia. Y el hecho es que el Libre no ha hecho llegar a la Secretaría Ejecutiva del Foro su solicitud de ingreso.

Mi impresión, sin embargo, es que Boron está más preocupado en pontificar que en investigar. Sin contar que parece medio descontento con el éxito del Foro, motivo por el cual hace un esfuerzo en atribuir el éxito de este XVIII Encuentro a todos menos al Foro mismo.

Boron dice que el balance final del cónclave es, en un cierto sentido, positivo, aunque en algunos aspectos que veremos a continuación hay muchas cosas para mejorar. Positivo porque en el multitudinario evento se dieron cita una gran cantidad de partidos y movimientos que tuvieron la posibilidad de intercambiar opiniones, comparar experiencias y realizar un rico y necesario aprendizaje recíproco. Positivo también porque ante el conocido eclecticismo ideológico del foro –del cual participan partidos que sólo por un alarde de la imaginación podrían categorizarse como de izquierda– el discurso de cierre pronunciado por el comandante Chávez fijó una nueva agenda que los partidos y organizaciones del FSP deberían considerar muy cuidadosamente en sus próximos encuentros.

Las frases anteriores contienen dos raciocinios encadenados, uno incorrecto y el otro peor que esto. El raciocinio incorrecto está en la crítica que Boron hace al conocido eclecticismo ideológico del Foro –del cual participan partidos que sólo por un alarde de la imaginación podrían categorizarse como de izquierda.

Quien dice esto simplemente no entendió nada acerca de los motivos por los cuales el Foro llegó a donde llegó, 22 años después. Si el Foro no fuese “ecléctico”, política e ideológicamente, sería una más de estas “internacionales” que rondan por ahí, Por otro lado, el hecho de ser “ecléctico” no le impidió al Foro mantener una actitud esencialmente correcta a lo largo de dos décadas, lo que es tiempo suficiente para probar la conciencia de ciertas ideas e iniciativas.

Peor que incorrecto es decir que Chávez habría fijado una nueva agenda que los partidos y organizaciones del FSP deberían considerar muy cuidadosamente en sus próximos encuentros. Personalmente, concuerdo con algunas cosas y difiero de otras que dijo Chávez en el discurso final. Pero es simplemente falso decir que él colocó una nueva agenda. Los temas que Chávez trató forman parte del debate del Foro, desde hace mucho tiempo. Inclusive algo que Chávez dice y que Boron hace el intento de omitir, a saber, la necesidad de ir más allá de la izquierda.

Boron dice que más allá de la crítica necesaria al neoliberalismo y su todavía hoy pesada herencia, el problema es el capitalismo, lo que hay que vencer y subvertir es el capitalismo.

Verdad, y tanto es verdad que la Declaración Final del XVIII Encuentro habla directamente de socialismo. ¡Y esto en un foro “ecléctico”, donde no todos los integrantes son socialistas!

Por lo tanto, es una tontería decir que esto sería una de las principales debilidades teóricas de la Declaración de Caracas aprobada por el FSP. Debilidad habría, esto sí, si la Declaración Final gastara 99 por ciento de su tiempo hablando de socialismo y apenas uno por ciento apuntando cómo enfrentar el capitalismo neoliberal y el imperialismo. La Declaración indica las tareas políticas fundamentales del período, sin enfrentarlas com éxito, el socialismo, la integración y el combate al neoliberalismo quedaron apenas en la retórica.

Sucede que Boron parece tener una pésima impresión acerca de las organizaciones que integran el Foro. Según su caricatura, somos partidos que creen que el socialismo caerá del cielo como producto de un determinismo económico. También, según su caricatura, somos organizaciones que no sabrían qué hacer al día siguiente al XVIII Encuentro.

La caricatura es tan ridícula, que Boron toma el cuidado de atribuirla a Chávez. Quedo simplemente avergonzado cuando veo a alguien, de tan larga trayectoria como Boron, usar este tipo de expediente retórico para tonificar sus posiciones.

Si Boron fuese menos malhumorado con el Foro, si tuviese un poco de la tolerancia que les predica a los otros, si le hubiese pedido la opinión a cualquiera de los integrantes del Grupo de Trabajo, habría descubierto que una de nuestras preocupaciones centrales consiste exactamente en aumentar nuestra organicidad. El problema es que esto es fácil de decir, pero muy difícil de hacer.

No sé cuál es la experiencia práctica de Boron, como dirigente político-partidario. Lo que sé, a partir de mi experiencia en el PT y en el Foro de San Pablo, es que nosotros no estamos desentendiéndonos alegremente de la decisiva problemática de la organización. Lo que ocurre es que la decisiva problemática de la organización, en una institución internacional y plural como el Foro, es mucho más compleja que en una organización nacional. Además de esto, hay que decir que no siempre los que hablan acerca de la organización son los más exitosos en términos organizativos.

Boron simplifica tanto el problema, que llega a confundir las situaciones del Foro de San Pablo y del Foro Social Mundial. La comparación entre una y otra no tiene el menor sentido, inclusive porque en el FSM los partidos son rechazados y la hegemonía es de los grupos que por principio son contra la definición de prioridades político-programáticas.

Habría otras cosas por decir, acerca del balance hecho por Boron.

Veamos lo que él dice sobre Haití, por ejemplo: La declaración aprobada en Caracas condena las tentativas golpistas en contra de Evo Morales, Mel Zelaya, Rafael Correa y la más reciente contra Fernando Lugo. Olvida señalar, lamentablemente, el golpe perpetrado contra Jean-Bertrand Aristide en Haití, en el año 2004. Falla grave porque no se puede disociar este olvido de la desafortunada presencia de tropas de varios países latinoamericanos –Brasil, Chile, Argentina, entre otros– en Haití cuando en realidad lo que hace falta en ese sufrido país son médicos, enfermeros, maestros.

Tal vez Boron no sabía, pero las declaraciones finales son consensuadas en las reuniones del Grupo de Trabajo. Del cual participaron, en este XVIII Encuentro, dirigentes haitianos, quienes presentaron una resolución, aprobada en plenario, acerca de la situación de Haití.

Es legítimo debatir si esta resolución y la Declaración deberían o no hacer referencia al derrocamiento de Aristide. Pero la mala fe de vincular este supuesto olvido a la desafortunada presencia de tropas de varios países latinoamericanos –Brasil, Chile, Argentina, entre otros–, omitiendo quiénes son estos otros, omisión (más que olvido) que sirve para reforzar una insinuación que Boron debería explicitar, para que el debate pueda ser hecho claramente.

Para que no me acusen también de mal humor, reconozco que Boron tiene razón cuando reclama que podríamos haber incluido en la Declaración la exigencia del cierre de las bases militares que se extienden por toda América latina y el Caribe. Sin embargo, el tema (inclusive SUS desdoblamientos colombianos) fue ampliamente tratado en varios momentos del Foro, en un taller y en un seminario. Reconozco, también que la frase acerca de los limitados logros de los TLCs, permite la doble interpretación.

Concuerdo, finalmente, en que vivimos en un momento en que la moderación, lejos de ser una virtud, se convierte en un pecado mortal. Además, aprecio mucho la recomendación de “audacia, audacia, audacia”. Que tal frase haya sido dicha por Danton comprueba, de hecho, que no todo radicalismo verbal es consecuente.

* Dirigente nacional del Partido de los Trabajadores (Brasil) y secretario ejecutivo del Foro de San Pablo.

Traducido por Moralí del Valle Rondón Pérez y revisado por VP.

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