La calificadora Moody’s rebajó de golpe en dos escalones la nota de los bonos de deuda italianos y advirtió sobre más recortes, el mismo día en que la patronal Confindustria advirtió: “La economía se ahoga, la recesión recrudece”. La inseguridad política podría hacer rebasar el vaso, mientras no está claro qué será de Italia tras las elecciones parlamentarias de 2013.

La decisión de la rebaja de Moody’s fue anunciada mientras el premier italiano Mario Monti aterrizaba ayer en Idaho, Estados Unidos, para participar de la Allen Conference de Sun Valley, donde están reunidos los número uno de las finanzas del mundo.

El objetivo de Monti es intentar captar inversiones para Italia. El ministro de Desarrollo italiano, Corrado Passera, reaccionó en nombre del gobierno afirmando que la medida es “del todo injustificada” ya que “no tiene en cuenta el trabajo que nuestro país está haciendo”.

La otra mala noticia vino de Giorgio Squinzi, el presidente de Confindustria: la recesión se recrudece y el producto interior bruto (PIB) se contraerá este año en por lo menos un 2,4 por ciento. Con ello, las perspectivas se oscurecen una vez más. A las empresas no les llegan encargos, la demanda cae y el desempleo aumenta.

La conclusión a la que llega Squinzi: “En ello no puedo ver ni una chispa de luz”. Los sindicatos se quejan de los recortes y reducciones de personal. “Todo el mundo” empresarial quiere el regreso de Berlusconi, o por lo menos eso dice el polémico ex jefe de Gobierno.