Dom 15.07.2012

EL MUNDO  › LA CANCILLER DE EE.UU. SE REUNIó CON EL PRESIDENTE MURSI Y PROMETIó AYUDA FINANCIERA

Hillary Clinton fue abucheada en Egipto

En medio de una crisis por la disolución del Congreso y la restricción de los poderes del Ejecutivo por parte de la Junta Militar, Clinton pidió que continúe el cambio democrático en Egipto y exigió respeto por todos sus ciudadanos.

Mientras la Justicia egipcia dirime la disolución del Parlamento, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, se reunió ayer con el presidente islamista Mohammed Mursi. Con manifestaciones en su contra, Clinton pidió que continúe el cambio democrático en Egipto.

Tras reunirse con el nuevo presidente egipcio, Clinton apostó –en una rueda de prensa– a un diálogo bilateral constructivo y expresó el compromiso estadounidense de contribuir económicamente a la estabilidad de Egipto. “Nuestros intereses estratégicos conjuntos pesan más que nuestras diferencias de opinión. Queremos ser un buen socio para Egipto”, declaró. La secretaria de Estado estadounidense reafirmó el apoyo de Estados Unidos a una transición completa en Egipto y confió en que los egipcios resuelvan las cuestiones pendientes por sí mismos. En presencia del ministro egipcio de Asuntos Exteriores, Mohamed Amr, la jefa de la diplomacia estadounidense solicitó a Mursi que respete los derechos de todos los ciudadanos, incluidos los de las mujeres y las minorías. Asimismo, instó al mandatario a que trabaje para consensuar la futura Constitución y la formación del Parlamento, dos asuntos que todavía están sin definir tras una serie de polémicas decisiones.

Respecto a la lucha de poder entre las fuerzas islamistas y la Junta Militar, Clinton insistió en que deben ser los egipcios quienes resuelvan sus discrepancias, aunque destacó que el papel de los militares debe limitarse a la seguridad nacional. “La democracia es un proceso duro que requiere diálogo, compromiso y una política real. Continuaremos apoyando la decisión de los egipcios de la mejor forma posible”, enfatizó. La estadounidense también instó a Egipto a respetar el Tratado de Paz firmado con Israel en 1978 para garantizar la paz y la seguridad en la región ya que, según Clinton, éste supuso grandes beneficios para Egipto. En virtud de ese acuerdo, Estados Unidos proporciona cada año una ayuda militar de 1300 millones de dólares a Egipto.

En el ámbito económico, la secretaria de Estado prometió un paquete de mil millones de dólares para condonar la deuda de Egipto y ayudar a que el país supere sus dificultades financieras. Además, mostró su compromiso para apoyar al país en su relación con los donantes e instituciones financieras internacionales y destacó que Estados Unidos está preparando un crédito de 250 millones de dólares para fomentar las pequeñas y medianas empresas en el país árabe. Clinton agregó que se está ultimando un fondo empresarial egipcio-estadounidense con una cantidad inicial de 60 millones de dólares que servirá para promover las inversiones en el país. Por su parte, el ministro egipcio de Exteriores afirmó que Mursi se ha comprometido a respetar los acuerdos y pactos internacionales mientras la otra parte los cumpla, en alusión indirecta a Israel. Amr remarcó que Egipto apoya el derecho del pueblo palestino a un estado independiente, a lo que Clinton respondió que las facciones palestinas deberían determinar su compromiso para negociar y abandonar sus divergencias.

Cabe destacar que hasta hace poco, Washington consideraba a la organización Hermanos Musulmanes, a la que pertenece Mursi, como simpatizantes de “movimientos terroristas islamistas” y prohibía a sus diplomáticos cualquier contacto con sus miembros. Además, el gobierno norteamericano respaldó durante décadas al régimen de Hosni Mubarak, derrocado en febrero de 2011, argumentando que Egipto era un pilar de la estabilidad, la paz y la seguridad en la región.

La cita estuvo signada por protestas de opositores a los Hermanos Musulmanes. Ante el hotel donde Clinton pasó la noche, unos mil manifestantes se concentraron en la tarde y le reprocharon haber apoyado a los islamistas y no a los “revolucionarios” en los países donde se ha registrado la primavera árabe. “Contra la intromisión de Estados Unidos en la política egipcia” era una de las consignas que gritaban los manifestantes. Algunos grupos egipcios acusan al gobierno estadounidense de respaldar en la lucha de poder al Consejo Militar porque desembolsa anualmente unos 1300 millones de dólares en ayuda militar a El Cairo.

Tras la caída de Mubarak, Estados Unidos se comprometió a seguir respaldando el cambio democrático con ayudas financieras, la condonación de deudas y garantías bancarias. Parlamentarios estadounidenses amenazaron con congelar la ayuda en caso de que se paralice la transición democrática. Paralelamente, Mursi sufrió una derrota jurídica en su lucha por las competencias con el Consejo Militar, después de que el tribunal de casación declaró hoy que no puede decidir sobre la legitimidad del actual Parlamento, según la televisión estatal. Esta cuestión, según el tribunal, queda fuera de las competencias presidenciales. A fines de junio, el Tribunal Constitucional declaró ilegítimo el Parlamento dominado por islamistas, a cuyas filas pertenece Mursi. Tras esta decisión, el Consejo Militar, con el que Mursi pelea desde que llegó al poder, disolvió el Parlamento.

El pasado fin de semana, Mursi intentó reinstalar el Parlamento por decreto, pero el Tribunal Constitucional rechazó la medida. Los partidarios de Mursi y sus aliados, que casi dominan la mitad de los escaños, pidieron al tribunal que Casación se pronunciara sobre este tema. Sin embargo, el tribunal se declaró ayer incompetente para estudiar la petición presentada por el Parlamento egipcio.

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