EL MUNDO › OPINIóN
› Por Walter Mariño *
Con el título “Mate amargo” (cuyo nombre nos remite a una histórica publicación que hace poco reedita en formato digital el MLN Tupamaros), el periodista Santiago O’Donnell escribió en Página/12, el domingo 8 de julio, una nota que pretendería dar una caracterización política de la interna en el Frente Amplio de Uruguay, a la que nos parece le falta precisión, y algunos datos que allí se dan conducen a una interpretación de la etapa con la que no coincidimos.
El periodista se pregunta qué estará pasando por la cabeza de Pepe tras la elección interna y, en innumerables entrevistas, Mujica manifestó que para él una elección no es la vida, por lo tanto los resultados electorales, sean de la índole que fueren, son coyunturales. El resultado de la interna para la fuerza política que Pepe construyó –hablamos del MPP (Movimiento de Participación Popular) y desde el punto de vista meramente electoral– no fue negativo, se presentó solo, o sea sin alianzas y sin la figura significativa que hoy es el presidente del Uruguay, y el candidato del MPP obtuvo el segundo lugar en una interna donde no hay mayorías y donde había cuatro candidatos. Incluso en la Argentina, el MPP se constituyó en el segundo lugar, lejos de los otros sectores.
El sector más votado fue el MPP, en internas inéditas donde por primera vez se convocó al pueblo frenteamplista a participar en elecciones abiertas para elegir la presidencia del Frente, además del resto de las autoridades que conforman el Plenario Nacional, órgano máximo del Frente Amplio que es una coalición policlasista y poliideológica.
Tabaré Vázquez no es el archirrival político de Mujica: ése es un equívoco grande como el Monumental o el Estadio Centenario. Tabaré es, por sobre todo, un compañero frenteamplista.
Como orientales residentes en la Argentina, reconocemos como muy buena la gestión llevada a cabo desde el Ministerio de Relaciones Exteriores, a cargo de Luis Almagro, en torno del necesario buen relacionamiento con la Argentina y con el resto de los países de la región, como lo demuestran distintos acuerdos tanto bilaterales como la participación de Uruguay en Mercosur, Unasur y Celac.
También destacamos las notables mejoras que se realizaron desde el servicio exterior en la Argentina, eliminando grandes trabas burocráticas y bajando los costos para los trámites, a la hora de hacer la documentación necesaria para los uruguayos que residen en la Argentina.
Los hechos políticos de relevancia en la cumbre del Mercosur fueron la condena al golpe en Paraguay, la incorporación de Venezuela al bloque y el acuerdo arancelario que se concretó, tema que venía pendiente desde hacía algún tiempo. Rechazamos sumarnos a la lógica de los dimes y diretes, como programa de chimentos en TV, que pertenece a la agenda de la derecha.
En nuestra agenda para Uruguay, el Poder Ejecutivo lanzó la discusión en toda la sociedad uruguaya de un nuevo paradigma cultural en un proceso de largo plazo, pero que debe darse desde ahora, contra la violencia en todos los estamentos de la sociedad, contra los que promueven la represión policial, contra los delincuentes violentos, contra la violencia de género, en fin, un cambio en cada uno de nosotros que privilegie la vida y el respeto por los demás en la convivencia cotidiana. Así lo pidió Pepe: “Sólo el amor a nuestros hijos, a nuestros compatriotas, puede ser la llave maestra que haga colocar este tema como un tema central de nuestra etapa histórica”.
Las preocupaciones de Pepe no pasan por una elección interna, ni por disidencias públicas en el gobierno o en el Frente Amplio. Pasan por mejorar la situación de miles de compatriotas que todavía están en la indigencia, por mantener los puestos de trabajo, por abrir nuevos mercados internacionales para las exportaciones uruguayas y por generar un cambio cultural donde la solidaridad, la cooperación y la defensa de la vida sean los valores de un Uruguay distinto.
Las preocupaciones de la derecha, en cambio, siguen siendo las de siempre: ver fracturas en el campo popular (o inventarlas) donde no existen, especialmente ahora que lograron el objetivo en la región de eliminar a uno de los protagonistas de los cambios. Van por más y lo sabemos. Por eso, el Frente Amplio se mantiene unido y se dispone a dar batalla por el tercer período de gobierno en nuestro país.
* Integrante de la Departamental Buenos Aires del MPP.
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