El padre del hombre que languidece en la prisión del Vaticano a causa de las filtraciones de documentos de la Santa Sede que dañaron la reputación del Papa rompió el silencio para afirmar que su hijo es inocente. La policía detuvo el 23 de mayo a Paolo Gabriele, el mayordomo de Benedicto XVI, tras hallar documentos secretos en su casa en el Vaticano. Pero, tras el anuncio el jueves pasado de que se extendería la prisión de Gabriele mientras se juntaba mayor evidencia, su padre Andrea arremetió y dijo que esperaba que se conozca toda la verdad “en beneficio de la Iglesia”. En una carta que envió a un canal de televisión, Andrea destacó la “enorme integridad moral y generosidad” y el amor de su hijo por la institución y el papa Benedicto. Dijo que Gabriele es “una persona honesta y que esperará hasta que todo este asunto se esclarezca”.

“Paolo paga el precio de una realidad que es difícil de entender hasta que se hagan públicos los motivos de lo que ocurrió.” El Vaticano dijo que cerca de 30 personas han brindado su testimonio por el caso de la filtración. Pero sólo Gabriele está bajo investigación por supuestamente pasar documentación a la prensa en el caso conocido como Vatileaks. Información sensible sobre impuestos vaticanos y un archivo que sugiere que el nuevo embajador del pontífice en Washington fue “exiliado” a Estados Unidos porque delató un caso de corrupción forman parte de los documentos secretos que no debieron llegar a manos de los periodistas y que estuvieron en las primeras planas de los diarios este año.

El vocero de la Iglesia Católica, Federico Lombardi, declaró la semana pasada que los investigadores necesitaban recabar más testimonios después de lo cual comenzará un nuevo interrogatorio a Gabriele. “Esto debería suceder en los próximos diez días”, señaló. El mayordomo del pontífice, de 46 años, lleva 53 días preso en una celda de 3,5 por 4 metros ubicada en el barracón de los gendarmes vaticanos. Se le permiten visitas regulares de sus familiares y abogados.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.