Las FARC perpetraron ayer tres ataques en el sudoeste, en el sur y en el noroeste de Colombia, que dejaron al menos un policía muerto y otros cinco heridos, cuando el país celebra el 202º aniversario de la Independencia de la Corona española. El único atentado que dejó víctimas tuvo lugar en la vía que une las ciudades de Cali y Buenaventura, ambas en el departamento del Valle del Cauca, en el sudoeste, en una zona rural donde, según dijo a periodistas el comandante de la Fuerza Naval del Pacífico, almirante Rodolfo Amaya, actúa el frente 30 de las FARC.

Una patrulla de la Policía Nacional desarrollaba operativos de control en la zona cuando recibieron disparos desde la montaña, detalló Amaya.

Como consecuencia, murió el sargento Oscar Alfredo Celis, mientras que resultaron lesionados los patrulleros Carlos Rivera López, Santiago Gutiérrez Robles, Kleiner Cantero, James Morales y Carlos Perea, de los que dos se encuentran en delicado estado de salud y fueron trasladados a una clínica de Buenaventura.

Las autoridades colombianas también atribuyeron a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) la destrucción con dinamita del puente Riocito, que une los municipios de Puerto Rico y San Vicente del Caguán, en el sureño y selvático departamento del Caquetá. “No hay heridos ni muertos, solamente daños materiales”, indicó Luis Eduardo Campo, secretario de Gobierno del Caquetá.

Según las autoridades locales, un comando de la Columna Móvil Teófilo Forero de las FARC fue el responsable de la voladura del puente, por el que habitualmente transitan camiones de petróleo y leche. El alcalde de San Vicente del Caguán, Domingo Pérez, dijo que “el restablecimiento del paso sobre el río se podría dar en tres días y el paso sobre el puente demoraría al menos nueve días”.

Las FARC también incineraron cinco tractocamiones cargados de carbón a su paso por una vía que une la capital del departamento del Norte de Santander, Cúcuta, en el noroeste del país. Al parecer, integrantes del frente 33 de esa guerrilla obligaron a los transportadores a bajar del vehículo para prenderles fuego a los automóviles.