El premier italiano, Mario Monti, antes de partir durante seis días de vacaciones a una localidad suiza cercana a St. Moritz, le otorgó licencia a sus ministros en una última reunión de gabinete, confiando en un agosto relativamente tranquilo en el frente de la crisis de endeudamiento.

“Descansen, nos vemos el 24 de agosto”, dijo el presidente del Consejo de Ministros italiano al término de la reunión del gobierno.

Una reunión larga, pero en la cual no se tocó uno de los temas más esperados de la vigilia: la agenda de los próximos meses del gobierno técnico. Fue el jefe del gobierno quien le pidió a los ministros documentos sobre las medidas que pretenden preparar en los meses que restan para la finalización de la legislatura. Sin embargo, la documentación que llegó hace algunos días al Palacio Chigi, sede de la Presidencia, pareció en varios casos incompleta y poco sintética. También por esto se prefirió postergar el debate sobre las prioridades para abordar en la próxima reunión del gobierno, el 24 de agosto.

Esta demora también es una señal de que los preparativos para aquello que alguien definió “campaña de otoño” pueden esperar. Ciertamente, en la reunión del gobierno italiano se acordó que es necesario acelerar lo más posible los decretos y normas sancionados, de manera de que “en el otoño” se hagan plenamente operativas las medidas ya lanzadas. Pero al frente de las medidas a preparar no se registra la aceleración que algunos habían ventilado antes de la reunión del gobierno. Es más: “No se habló de la situación económica, ni de la crisis de deuda soberana”, dijo un ministro.

También porque, según una fuente del gobierno, ya están las disposiciones sobre las privatizaciones aprobadas junto con la revisión del gasto público. El hecho de que en la reunión del gobierno se haya hablado más de qué tribunales suprimir y a cuáles salvar, en vez de cómo abatir la deuda pública, parece indicar que el Ejecutivo no tiene apuro.

Y eso, explican en la Presidencia, se debe a que no se esperan tensiones excesivas en el frente de la crisis, al menos no en estos días de agosto, pleno verano boreal. Monti, hace algún tiempo, cuando la prima de riesgo todavía era muy alta, había pronosticado que no iba a haber tormentas sobre los mercados. La prima de riesgo sigue elevada, pero hace unos días parece estable. El Tesoro no tiene programadas subastas relevantes de títulos públicos en estas semanas. Una situación que obviamente no durará eternamente.