EL MUNDO › ATENTADO EN UN MINISTERIO Y BOMBARDEOS EN LOS SUBURBIOS DE LAS DOS CIUDADES
Mientras los combates se sucedían en Siria, la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, se reunió con su par turco en Estambul y hablaron de formas de ayudar a los rebeldes sirios, sin descartar una intervención militar.
Nuevos enfrentamientos en Damasco y Alepo dejaron ayer un saldo de 26 personas muertas en Siria y se suman a las 180 víctimas mortales del viernes, informaron ayer los comités de coordinación locales. Con la mirada puesta en el conflicto, Estados Unidos y Turquía estudian crear una zona de exclusión aérea para ayudar a los rebeldes.
La cadena de televisión Al Arabiya, que citó a los comités opositores, reportó que se verificaron combates y explosiones en las cercanías de la plaza Marjeh, en la sede del Ministerio del Interior, ubicada en Damasco. Los enfrentamientos también tuvieron lugar en barrios periféricos como Tadamun, Qabun, Jubeir. Residente en Damasco, el activista de la red opositora Sham, Suhaib al Qasem, explicó que los helicópteros de combate están llevando el peso de las operaciones militares en la zona. Desde el aire, las fuerzas gubernamentales bombardearon ayer localidades de las afueras de la capital como Mesraba, Hamuriya, Kafr al Batna o Deir al Asafir, en operaciones que contaron con el apoyo terrestre de los tanques.
La cercana población de Al Tal fue una de las más afectadas por las bombas ya que allí llegaron a caer cerca de dos proyectiles por minuto, aseguró Al Qasem. Habitantes de esa zona huyeron por miedo a que esos bombardeos precedan a una ofensiva mayor del ejército sirio, que se enfrentó a los rebeldes del Ejército Libre Sirio (ELS) en los accesos de Al Tal, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. En Al Tal, los rebeldes habían capturado a varios periodistas de medios de comunicación partidarios del régimen que estaban cubriendo los combates. El grupo de derechos humanos detalló que las tropas siguieron la misma estrategia de los bombardeos en la localidad de Al Guta, ubicada también en las inmediaciones de Damasco.
En Alepo, centro económico del país y escenario en las últimas tres semanas de choques cruentos, los rebeldes afirmaron haber recuperado el control de algunas zonas del barrio Salah ad Din. Los barrios de Al Sukari, Halak, Bustan al Qasr, Seif al Daula, Al Ansari o Tariq al Bab fueron objetivo de los cazabombarderos, cuya acción dejó heridos y la destrucción de numerosas viviendas, aseguró el Observatorio.
El distrito de Salahedin, en el sudoeste de la ciudad, volvió a ser bombardeado por las fuerzas armadas sirias, que desde el miércoles lanzaron una ofensiva para intentar limpiar la zona de rebeldes, quienes tienen en este barrio y el vecino Al Sukari dos de sus principales feudos. Dado el deterioro de la seguridad en Alepo, se decidió que los observadores de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Siria abandonaran temporalmente la zona.
En medio de la escalada de violencia, prosiguió ayer la fuga de refugiados y desertores sirios hacia el territorio turco. En efecto, otras 1907 personas cruzaron la frontera en las últimas 24 horas, de las cuales 51 son militares sirios desertores, reportó la agencia de prensa turca Anadolu.
Los enfrentamientos en Siria entre la oposición armada y las fuerzas del presidente Bashar al Assad causaron más de 17 mil víctimas desde marzo de 2011, según declaró el 19 de julio el presidente de turno del Consejo de Seguridad de la ONU, Néstor Osorio, embajador de Colombia ante las Naciones Unidas. Ante esta situación, los países occidentales insisten en la renuncia de Al Assad, como condición excluyente para arribar al cese de la violencia, pero Rusia y China temen que tal desarrollo de la situación provoque una guerra civil y hasta un conflicto regional.
La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, discutió con las autoridades turcas las opciones posibles para ayudar a los rebeldes sirios opuestos al gobierno del presidente Bashar al Assad y afirmó que una de ellas es la imposición de zonas de exclusión aérea. Tras reunirse en Estambul con su colega turco, Ahmet Davutoglu, expresó ayer que ambos países tienen que estudiar los detalles de una posible operación para ayudar a los insurgentes.
“Nuestros servicios de Inteligencia y nuestros ejércitos tienen responsabilidades y funciones muy importantes que desempeñar y vamos a establecer un grupo de trabajo para hacer exactamente eso”, aseguró. El grupo, dijeron Clinton y Davutoglu, coordinará respuestas militares, políticas y de inteligencia a las posibles secuelas de un eventual ataque con armas químicas, incluyendo una emergencia médica y un probable aumento en el número de los refugiados que huyen de Siria.
Al ser consultada sobre si esta iniciativa contempla opciones como la de la imposición de una zona de exclusión aérea en regiones bajo control de los insurgentes, la jefa de la diplomacia estadounidense señaló que es una posibilidad. “Las cuestiones que plantea en su pregunta son exactamente en las que el ministro y yo estamos de acuerdo que se deben analizar más en profundidad”, respondió Clinton al periodista. Sin embargo, destacó que no tiene que haber ninguna decisión inminente al respecto. Por su parte, el presidente francés, François Hollande, manifestó ayer que su país no sólo ayudará a los refugiados en la frontera de Siria sino que colaborará con los que combaten contra el régimen de Al Assad, algo que consideró “un deber humanitario”. Además, recordó que Francia sigue abogando por una transición política en Siria.
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