Dos integrantes de la banda punk Pussy Riot (Desmadre vaginal) aún prófugas de la Justicia huyeron de Rusia. El escape sucede a días de la condena a prisión que recibieron otras tres miembros del grupo por haber protestado contra el presidente Vladimir Putin en una catedral ortodoxa de Moscú. “Las dos integrantes (de la banda) buscadas por la policía han logrado salir del territorio ruso. Están tratando de reclutar a feministas extranjeras para preparar nuevas acciones”, escribió el grupo en su cuenta de Twitter, sin precisar en qué país se encuentran las jóvenes. Pyotr Verzilov, marido de Nadezhda Tolokonnikova, una de las encarceladas, habló sobre las dos fugitivas por la misma red social. “Están en un lugar más allá del alcance de la policía rusa. Dado que la policía las está buscando, van a mantener un perfil bajo”, declaró.

Cinco integrantes de Pussy Riot entraron en un templo ortodoxo con el rostro tapado el pasado febrero para realizar, ante la mirada atónita de los guardias de seguridad, una actuación para denunciar el apoyo de la Iglesia Ortodoxa a la campaña para volver al Kremlin de Vladimir Putin, entonces primer ministro. Las mujeres instaron a la Virgen a “echar a Putin”, quien regresó al Kremlin en mayo para un tercer mandato como presidente tras un intervalo de cuatro años en el que ocupó el cargo de premier. Las jóvenes fueron evacuadas por agentes de seguridad.

El 17 de agosto, tres de las integrantes del grupo, las jóvenes Yekaterina Samutsevich, Maria Alyokhina y Nadezhda Tolokonnikova –de 29, 24 y 22 años–, fueron condenadas a dos años de cárcel por “vandalismo motivado por odio religioso”, en un controvertido proceso judicial.

Tres días más tarde, la policía rusa anunció que estaba buscando a las otras dos integrantes del grupo que subieron también el pasado 21 de febrero al altar de la catedral del Cristo Salvador de Moscú para cantar una “oración” de protesta contra el hombre fuerte de Rusia.

El juicio a las Pussy Riot ha recibido una lluvia de críticas en el extranjero y su condena ha sido calificada de “desproporcionada”. El caso cosechó críticas en todo el mundo, entre ellas las de connotados artistas internacionales como el ex beatle Paul McCartney, Sting, Madonna y Red Hot Chilli Peppers.

Las chicas punk también recibieron el apoyo de organizaciones de defensa de derechos humanos, como Amnistía Internacional, de intelectuales rusos como el escritor Grigori Chjartishvili y políticos de oposición, como el ex campeón del mundo de ajedrez Garry Kasparov. Asimismo, se realizaron manifestaciones en varias capitales europeas para denunciar el proceso, desde París a Bruselas, pasando por Londres y Barcelona.