Cataluña, la región más rica del país, tiró la toalla. Las preocupaciones financieras de España crecieron aún más cuando esa autonomía tuvo que salir a pedir ayuda financiera al Estado central, por 5023 millones de euros, para no caer en default, cumplir con el compromiso de reducir el déficit público este año al 1,5 por ciento de su Producto Interior Bruto (PIB) y refinanciar vencimientos hasta fin de año. El pedido de Cataluña suma más presión sobre el gobierno español, que no sólo trata de evitar un rescate total para la cuarta economía de la Eurozona sino que también busca mantener a flote un sistema bancario plagado de activos tóxicos resultado de la explosión de la burbuja inmobiliaria.

De esta manera, Cataluña se suma a Valencia y Murcia, cuyos problemas financieros ya las empujaron a solicitar ayuda crediticia al gobierno en Madrid. Valencia pidió 3500 millones y Murcia 3000 millones de euros. El pedido catalán coincidió con la difusión, por parte del Instituto Nacional de Estadísticas, de cifras que mostraron que la economía española se contrajo un 1,3 por ciento en los 12 meses anteriores al segundo trimestre de 2012, por encima del 1 por ciento que se había previsto.

El instituto dijo que la economía cayó un 0,4 por ciento en el segundo trimestre respecto del anterior, y agregó que se prevé una contracción total de un 1,5 por ciento para todo el año y del 0,5 por ciento en 2013. En tanto, los bancos españoles tienen cerrado el acceso a los mercados de crédito debido a los temores de los inversores sobre su solidez. El gobierno de Rajoy (foto) ya pidió a la Eurozona un préstamo de rescate para la banca española por 100.000 millones de euros.

Por enésima vez desde que comenzaron a generarse estos temores, Rajoy y el presidente de la Unión Europea (UE), Herman Van Rompuy, quienes se reunieron hoy en Madrid, negaron que España esté en tratativas para conseguir ese rescate. “No hay ninguna negociación sobre este asunto”, subrayó Rajoy. Al respecto, Van Rompuy consideró que tal petición podría ser conveniente si continúan los desafíos de los mercados, en alusión a las elevadas tasas de interés que el Estado español tiene que pagar para poder financiarse.

La ayuda para Cataluña saldrá del fondo de rescate creado en julio por el gobierno español, el denominado Fondo de Liquidez Autonómico (FLA), dotado de 18.000 millones de euros. “Cataluña no acepta condiciones políticas a cambio de recibir la ayuda solicitada, ya que se trata de dinero pagado por los propios catalanes”, subrayó el vocero del gobierno catalán, Francesc Homs. El gobierno catalán, que preside el nacionalista moderado Artur Mas, ya había anunciado en julio su intención de recurrir al fondo de rescate del Estado. La deuda total de Cataluña asciende a 42.000 millones de euros, la más alta en términos absolutos entre las 17 regiones españolas.

En tanto, en España los depósitos bancarios sufrieron una caída record en julio, informó el Banco Central Europeo (BCE). El gobierno minimizó la salida de depósitos negando una retirada significativa de dinero. Según los datos del BCE, los ahorros de las familias y las empresas depositados en los bancos registraron un derrumbe del 4,6 por ciento, equivalente a un retiro de 74.228 millones de euros, la mayor fuga de depósitos privados desde septiembre de 1997.