EL MUNDO › EL ELECTORADO JUDíO ES CLAVE EN ESTADOS OSCILANTES DE EE.UU.
› Por David Usborne *
Desde Fort Lauderdale
Cuando Obama habló durante la campaña cerca de Caño Cañaveral hace dos días para ganarse el apoyo de la industria espacial local, una persona persistentemente lo interrumpía desde atrás: “¿Y qué pasa con Israel?”. Era un recordatorio, como si lo necesitara, que su control sobre el crucial voto judío en Florida puede estar en peligro.
En 2008, Obama ganó los votos del 70 por ciento de los judíos estadounidenses: que Romney haga avances en ese apoyo puede tener importantes consecuencias, particularmente en estados oscilantes, con pequeños aunque significativos bloques judíos como Ohio, Pensilvania y especialmente Florida, donde el margen de victoria para ambos lados puede ser muy estrecho. El repentino enfoque en el voto judío es un recordatorio de que Obama está peleando múltiples campañas al mismo tiempo. Está la plataforma con su tema de defender a la clase media, y las subcampañas que incluyen a las mujeres, jubilados, veteranos y hasta empleados de la industria espacial. Atraer a esos grupos es especialmente importante en una elección que depende de los votantes indecisos en sólo siete u ocho estados.
El profesor Robert Freedman, de la Universidad Hebrea de Baltimore, dice: “Obama ha sido el mejor presidente estadounidense para Israel en la historia”. Sin embargo, los republicanos han alimentado la sensación de lento progreso en la paz en Medio Oriente y la reticencia de Obama a apoyar un ataque israelí contra Irán. También señalan la difícil relación entre el presidente y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. “De lo único que pueden tratar de conversar es acerca de asustar a los judíos en Israel”, comentó Marc Stanley, presidente del Consejo Nacional Demócrata Judío. “Porque si tratan sobre otros temas que les importan a los judíos –educación, pobreza, cuidado de la salud, justicia social, derechos civiles, derechos igualitarios–, los judíos rotundamente votarán a los demócratas.” Los demócratas no se ayudaron en la convención cuando no establecieron en la plataforma que “Jerusalén es y seguirá siendo la capital de Israel”. El tema fue reinsertado a pedido de Obama. El sabe que no puede darse el lujo de perder ni un solo voto judío.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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