Mié 20.02.2002

EL MUNDO  › CHIRAC LANZO SU CAMPAÑA PARA LAS PRESIDENCIALES DE ABRIL

La carrera de las narices largas

El presidente francés inició la campaña agitando el fantasma de la delincuencia, mientras espera el lanzamiento de Jospin.

Por Eduardo Febbro
Desde París

Fiel al esquema ideológico esbozado hace nueve días cuando oficializó su candidatura para las elecciones presidenciales del mes de abril, el jefe de Estado francés, en el curso de su primer mitín de campaña, puso el acento en los temas de seguridad que tanto obsesionan a la sociedad francesa. Jacques Chirac eligió el tono y el lugar para exponer la espina dorsal de la carrera hacia su reelección. Hablando en una localidad de las afueras de París muy afectada por la delincuencia, Chirac propuso el principio de “impunidad cero” para los delincuentes. Sin explicar por qué no se lo aplicó a sí mismo cuando la Justicia ventiló sus entretelones, el mandatario francés argumentó que “ninguna infracción, por más leve que sea, debe dejarse sin una respuesta adecuada y proporcionada, inmediata y disuasiva. A esto lo llamo yo impunidad cero”. La frase del candidato presidente estuvo precedida por una descripción apocalíptica de la sociedad francesa. Para Chirac, que preconizó la creación de un Ministerio de Seguridad y una batería de medidas policiales, “la violencia está cambiando el rostro de Francia”, que está “dominado por el miedo”.
Este primer mitín electoral resultó ser el segundo gran momento de hilaridad y sirvió para dejar bien instalado el decorado de la campaña. En 1995 Jacques Chirac recorrió el país con el argumento de la “fractura social”. El 2002 es el año de la seguridad. Luego de haberse declarado hace una semana satisfecho de su balance gubernamental cuando en realidad sólo gobernó dos de los siete años de su mandato, el mandatario francés y su “impunidad cero” provocó una ola de comentarios irónicos. Hasta sus aliados del campo liberal reaccionaron diciendo que para que dicha impunidad sea verosímil era necesario que “haya excepción cero”, es decir, que nadie escape a las condenas. Los socialistas comentaron que “el ejemplo vale para todos los ciudadanos, incluido el primero de ellos”. El ya inclasificable ex ministro socialista de Interior y Defensa y hoy líder del MDC (Movimiento De los Ciudadanos), Jean Pierre Chevènement, destacó con humor que “Jacques Chirac, ese gran amnésico, acaba de descubrir América”.
Por ahora, a falta de que el premier socialista Lionel Jospin anuncie oficialmente su candidatura, la campaña por el sillón presidencial ofrece momentos cómicos antes que debates y programas. Todo indica que Lionel Jospin lanzará este domingo su candidatura, es decir, una vez que la sesión parlamentaria llegue a su fin. El dispositivo de los socialistas está listo y sólo falta que el jefe de gobierno salte al ruedo. En espera del principal antagonista del presidente francés, el escenario político está plenamente ocupado por Chirac, Chevènement, los ecologistas, la extrema derecha y la extrema izquierda. En la última semana el mandatario incrementó su ventaja en las encuestas de opinión ganando casi seis puntos respecto de los sondeos realizados antes de que ingresara en la campaña. Los cálculos le dan una diferencia favorable de cinco puntos con respecto a Jospin al cabo de la segunda y última vuelta de las presidenciales. Sin embargo, las cifras dan cuenta únicamente de una situación en la que un hombre carece de rival declarado. El mismo Chirac reconoció que tenía “un 50 por ciento de posibilidades”. Su entorno de consejeros admite que “ahora, la auténtica cita es para la semana próxima, con la candidatura de Jospin. Si el premier empieza con el buen pie, Chirac tendrá un verdadero problema”.
Mientras Jospin se hace esperar y los verdes y la extrema izquierda centran sus proyectiles en el electorado cautivo, la extrema derecha utiliza las fallas de sus adversarios a fin de asentar su viejo principio según el cual “toda la clase política está podrida”. Jean Marie Le Pen, líder del partido Frente Nacional, preparó un afiche de campaña en donde muestra al candidato oficial Chirac y al virtual Jospin como dos mentirosos. Bajo una foto donde ambos aparecen con una enorme nariz de Pinocho, dos frases vienen a recordar que, para la extrema derecha, Chirac y Jospin dicen todo menos la verdad. A propósito del polémico encuentro secreto de 1988 entre Le Pen y Chirac, la leyenda del fotomontaje del presidente dice “Nunca me encontré con Le Pen”. El de Jospin se refiere a la juventud trotskista del premier y dice: “Nunca fui trotskista”. Situado en torno al 10 por ciento de los votos, Le Pen no parece tener hoy el poder de dinamitar las candidaturas como en el pasado. El único elemento perturbador es la candidatura de Chevènement, cuya posición ideológica, un discurso nacionalista y republicano que le aporta votos de la izquierda y la derecha, sí puede hacer inclinar la balanza. Pero hasta que Jospin no entre el juego, todo cálculo es imaginario, reconocen los analistas.
Los socialistas han definido una ofensiva en dos capítulos: la primera campanada sonará el domingo, con el anuncio oficial de Jospin. La segunda está prevista para el próximo 7 de marzo, fecha en que aparece el libro del jefe de gobierno, El tiempo de la respuesta. Lionel Jospin trabajará hasta el sábado en ese manuscrito y luego cambiará su estatuto: ya no será más el candidato “posible” ni el hombre “disponible” sino una oferta real en manos de las urnas y la batalla electoral.

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