El ejército en las calles

El presidente peruano Alejandro Toledo decretó el martes el “estado de emergencia” durante 30 días que habilita al ejército a garantizar el orden del país. Fue para frenar con mano dura la ola de protestas sociales que lleva tres semanas. El ejército reprimió, causando la muerte de un estudiante y decenas de heridos. Esta semana se convocará a un paro nacional.

La República

Nadie puede hablar en nombre de todo el archipiélago de movilizaciones, y en verdad nadie parece interesado en hacerlo. En este siglo la protesta comunitaria tiene que bailar con su propio pañuelo, y eso le cierra aún más canales hacia el sistema de transacciones beneficiosas de política formal. Es por eso, probablemente, que las movilizaciones han venido llegando tan rápido a la violencia. Por eso también le ha sido tan fácil a Alejandro Toledo llegar a una medida extrema como el estado de emergencia. A partir de allí, una complicada confrontación de soldados con manifestantes. Para los gobiernos regionales la situación significó un penoso bautizo de fuego.
(Editorial)

Correo

Muertos, heridos, detenidos, toma de carreteras, toma de locales, marchas, repliegues, piedras, balas, perdigones, bombas lacrimógenas y bombas molotov. Fuego, susto, lágrimas, terror y terrorismo, luto y duelo. Y la pregunta de nuevo, igual que tantas veces en la historia de Perú: ¿qué explica la violencia?, ¿qué la enciende? ¿qué la puede apagar para siempre? La pregunta que debemos hacernos es si sólo estamos contemplando una ola de protestas gremiales o si a esta altura el país camina nuevamente por la dinámica del desborde y la respuesta represiva que hacen inviable la democracia en estas tierras desde el inicio de la República. En este río revuelto veremos si existe o no una clase política capaz de hacerse responsable de su destino.
(Rosa María Palacios)

El Peruano

Quienes vivimos en un estado de derecho no podemos aceptar el maquiavélico principio de que el fin justifica los medios. Un grupo humano puede tener razón y plantear reclamos justos, sin embargo, ello no puede constituir una patente de corso para acciones ilícitas que, por violar normas, constituyen delitos. Existe un aspecto que hace más condenable la intervención por la fuerza: que los participantes sean maestros nos lleva a la reflexión acerca del sentido mismo de la noble labor de los educadores, quienes no deben jamás comportarse como una turba. Y parece no haber unidad en el interior del sindicato; en situaciones como ésta, se mide la real capacidad de los dirigentes.
(Editorial)

La tijera en mano

El Congreso de Estados Unidos aprobó la reducción de impuestos de 318.000 millones en diez años a pedido del Ejecutivo. Teniendo en cuenta que duplicará el déficit a 300.000 millones de dólares, la actual depreciación del dólar y los costos que deberá afrontar a raíz de la guerra en Irak, la administración tendrá que tomar la decisión de subir impuestos o recortar el gasto social.

Financial Times

La administración Bush encajonó un informe encargado por el Tesoro que demuestra que Estados Unidos enfrenta actualmente un déficit presupuestario federal crónico por un total de 442.000 millones de dólares. El estudio fue encargado por el entonces secretario del Tesoro, Paul O’Neill. Pero la administración Bush eligió dejar fuera el informe en el presupuesto anual del año fiscal 2004, publicado en febrero, ya que la Casa Blanca hacía campaña para un paquete de recorte de impuestos que los críticos dicen que aumentarán los futuros déficits. El estudio es la evaluación más completa sobre el riesgo que corre el gobierno de Estados Unidos de quedar abrumado por los futuros costos de seguros de salud y retiros de la generación del “baby boom”.
(Peronet Despeignes)

Washington Post

Desde su pico más alto a comienzos de 2002, el dólar bajó un 25 por ciento con respecto del euro. Más perturbador aún es que en los dos últimos meses la baja del dólar tuvo un ímpetu considerable. Dos razones pueden explicar la reciente caída del dólar en el frágil escenario global. La primera es el actual déficit de casi 500 mil millones que está experimentando Estados Unidos. La segunda es un cambio aparente en la preferencia de los bancos centrales extranjeros por el dólar. Este es el caso de los bancos centrales de Medio Oriente después de la guerra contra Irak.
(Desmond Lachman)

The Economist

Es difícil objetar una reducción de impuestos, especialmente cuando uno es el beneficiado. Sin embargo, hasta el más conservador de los norteamericanos debería detenerse y reconsiderar el proyecto de ley confeccionado por el Congreso y George Bush que devolverá unos 350 mil millones en la próxima década. Lamentablemente esto tiene algo de falso y de apuesta. La primera trampa es la cifra 350 mil millones. Bush había esperado el doble. Ahora consideremos la otra trampa. Bush ha mezclado dos ideas sensatas: la necesidad del corto plazo para un estímulo fiscal para levantar la economía norteamericana; y una reforma fiscal a largo plazo, para quitar el peso impositivo a las inversiones.
(Editorial)

La cumbretripartita

De cara a la puesta en marcha de la Hoja de Ruta, el plan de paz para Medio Oriente, se intensifican los esfuerzos diplomáticos. El jueves se reunieron los primeros ministros israelí, Ariel Sharon, y palestino, Mahmud Abbas, donde Sharo habló de las 14 reservas. Esta semana ambos se reunirán con el presidente George W. Bush en Jordania.

Corriere della Sera

Se ha señalado que las negociaciones de paz en Medio Oriente dependen de dos hombres y el poder para influenciar. Los dos hombres son el premier israelí, Ariel Sharon, y su par palestino, Mahmud Abbas, cada uno encargado de expresar la agresión y la conciliación de sus respectivas sociedades. El poder para influenciar es el del presidente estadounidense, que corporiza el único poder extranjero capaz de mantener el equilibrio entre los dos partidos. ¿Tendrá George W. Bush el coraje político para usar todo el peso de su influencia a pesar de los conflictos dentro de su administración y la presión del próximo año electoral? Si lo hace, se ganará el respeto y todo el apoyo de Europa.
(Editorial)

Libération

A partir de la semana entrante, George Bush junior seguirá los pasos de Clinton. Va a partir de Estados Unidos, lo que detesta, para encontrar a israelíes, palestinos, egipcios, jordanos y sauditas en Sharm-el-Sheik e intentar hacer un avance del plan de paz elaborado por Estados Unidos junto con la Unión Europea, Rusia y las Naciones Unidas. Hay una gran diferencia con la “mediación” Clinton: los palestinos no estarán representados por Yasser Arafat sino por el premier que les fue impuesto por Washington, Mahmud Abbas. Estados Unidos seguirá siendo el maestro del juego, ya que a expreso pedido de Ariel Sharon, los otros miembros del cuarteto (Rusia, ONU y UE) no fueron convidados.
(Jacques Amalric)

Washington Post

La reunión del 4 de junio en Jordania entre el presidente Bush, Ariel Sharon y Mahmud Abbas, reunirá a tres hombres que actualmente se comportan como si estuvieran en la búsqueda de algo positivo para destacar. Es una semilla de cambio que debe alimentarse. El camino para la reunión fue despejado con la decisión del premier israelí de aceptar la Hoja de Ruta internacional de un compromiso de dos Estados para el conflicto palestino-israelí. Bush convenció a Sharon de firmar el proceso. No confundirse. Cada líder tiene motivos tácticos para aceptar presentarse en Aqaba. Pero también es importante para Sharon y Abbas demostrar que pueden hablar razonablemente entre si sobre una paz que ninguno de ellos puede ahora garantizar.
(Jim Hoagland)