El canciller alemán Gerhard Schroeder recibió ayer un fuerte apoyo de su partido, el socialdemócrata SPD, para su paquete de reformas, que busca reactivar la economía de su país. En el congreso extraordinario que ayer se celebró en un hotel de Berlín, casi el 90 por ciento de los 524 delegados del SPD votó a favor de la “Agenda 2010”, un paquete de reformas que contempla amplios recortes en beneficios sociales. Una de las medidas de la agenda prevé que el subsidio de desempleo se cobre sólo durante 12 meses. Después de ese lapso, el subsidio estatal se reduciría a la “ayuda social” que reciben los alemanes que no tienen trabajo. También contempla menos protección para los trabajadores en caso de despido, menos prestaciones médicas y la eliminación de incentivos para jubilaciones anticipadas.
La tercera potencia económica del mundo está al borde de la recesión. Este mes se supo que el PBI se redujo un 0,2 por ciento. Actualmente, casi 4,5 millones de alemanes no tienen trabajo y el número de empresas que han quebrado aumenta a pasos agigantados. Además, el gobierno ha pronosticado para este año un déficit presupuestario de 30 mil millones de euros (unos 35.465 millones de dólares). En el discurso que dio ayer, el canciller de Alemania y presidente del SPD pidió a los alemanes que cambien de “mentalidad” y que no esperen que los problemas económicos del país se solucionen solos. “Acá está muy difundida la opinión de que ‘saldremos adelante de alguna manera’. El que crea que con esto se solucionan los problemas, se equivoca”, dijo Schroeder. Declaró que el alto desempleo se debe a problemas estructurales de la economía que llevarán a que, algún día, el gobierno no pueda seguir financiando los sistemas de salud y jubilaciones.