Con una mayoría cómoda de 146 votos a favor –contra 101–, el Senado italiano dio luz verde ayer a la inmunidad para los principales cargos del Estado. La nueva norma, una vez aprobada en la Cámara, impedirá que el premier Silvio Berlusconi tenga que volver a sentarse en el banquillo de los acusados en el tribunal de Milán, donde está siendo procesado por un presunto delito de soborno a jueces. La coalición de centroderecha confía en que la ley sea aprobada definitivamente a fines de junio. En realidad, lo que aprobó el Senado fue la enmienda presentada por la Casa de las Libertades (el Polo con la Liga Norte) a la ley de aplicación de artículo 68 de la Constitución italiana, que aborda el tema de la inmunidad. La enmienda señala que no pueden ser sometidos a procesos penales, por cualquier delito incluso relativo a hechos anteriores al cargo, hasta la cesación de la misma: ni el presidente de la República, tampoco quien preside el Senado, la Cámara y el Tribunal Constitucional.