EL MUNDO › INFORME DE LA ALTA COMISIONADA DE DERECHOS HUMANOS DE LA ONU
La cifra de víctimas eleva en un tercio la estimación de 45.000 dada hace apenas una semana por grupos opositores sirios. La ONU elaboró una lista de 59.648 víctimas desde marzo del 2011 a partir de siete fuentes diferentes.
Naciones Unidas cifró en más de 60.000 los muertos por el conflicto sirio, en otra jornada de violencia. Decenas de civiles murieron ayer en bombardeos del ejército en la periferia de Damasco y rebeldes armados intentaron tomar un aeropuerto militar en el norte del país. La cifra de víctimas, que eleva en un tercio la estimación de 45.000 dada hace apenas una semana por grupos opositores sirios, fue presentada en rueda de prensa en Ginebra por la alta comisionada de Derechos Humanos de la ONU, Navi Pillay. Entre el 15 de marzo de 2011 y el 30 de noviembre de 2012, investigadores enviados por el Consejo de la ONU para los Derechos Humanos elaboraron una lista de 59.648 víctimas a partir de siete fuentes diferentes, explicó Pillay.
“Y ya que no ha habido ninguna pausa en el conflicto desde finales de noviembre, podemos asumir que más de 60.000 personas fueron muertas hasta principios de 2013”, señaló en un comunicado la ONU. “La cifra de víctimas es mucho mayor que lo que esperábamos, es verdaderamente conmovedor”, añadió la funcionaria. La mayoría de las muertes se produjeron en las provincias de Homs (centro, 12.560 víctimas), alrededores de Damasco (10.862), Idlib (norte, 7686), Alepo (norte, 6188), Daraa (sur, 6034) y Hama (centro, 5080).
La información de la ONU, que da cuenta de la creciente gravedad del conflicto, se produjo el mismo día en que bombardeos del ejército en una estación de servicio y en una panadería dejaron decenas de muertos –muchos de ellos niños–, según denunció el grupo opositor Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH). En el más mortífero de los ataques, al menos 30 personas murieron cuando aviones del ejército bombardearon una estación de servicio en un suburbio del este de Damasco, según informaron activistas opositores.
“He contado por lo menos 30 cuerpos quemados o desmembrados”, aseguró Abu Saeed, un activista que llegó a la zona del suburbio de Muleiha una hora después de que se produjera el bombardeo. Otro activista, Abu Fouad, indicó que los aviones de combate bombardearon la zona cuando llegaba un envío de combustible y los habitantes se habían amontonado en el lugar.
Imágenes tomadas y difundidas por los activistas opositores, cuya autenticidad no fue verificada de forma independiente, muestran el cuerpo de un hombre con un casco en una moto en llamas. Muleiha es uno de los suburbios sunnitas que rodean la capital, un sector de creciente actividad en la revuelta contra el presidente sirio, Bashar al Assad, que pertenece la minoría alawita.
En tanto, al menos doce personas, la mayoría de ellos niños y todos miembros de la misma familia, murieron ayer en el bombardeo de una panadería en la localidad de Muazamiya, también en la periferia de Damasco, según informó el OSDH. La también opositora Comisión General para la Revolución Siria precisó, por su parte, que entre los muertos se encuentran nueve niños y una mujer, además de decenas de heridos, varios de ellos graves.
Por otro lado, alrededor de cuarenta personas, entre ellas varias mujeres, fueron detenidas cerca de un puesto de control en la autopista de Al Arbein, en Muazamiya; sin embargo nadie explicó cuál fue el motivo de su arresto. En la provincia de Idlib, en tanto, combatientes del Frente Al Nusra, un grupo vinculado a la red Al Qaida, la brigada rebelde Ahrar al Sham (Hombres Libres de Siria) y otras unidades insurgentes atacaron ayer un aeropuerto militar cerca de Taftanaz con artillería y morteros, informó el OSDH.
El organismo, vocero de los alzados en armas contra el presidente Al Assad, cuyo partido gobierna Siria desde hace medio siglo, aseguró que dos rebeldes y varios soldados murieron en esos enfrentamientos. Según el director del Observatorio, Rami Abdel Rahman, éste fue el último de los varios intentos de las fuerzas insurgentes por hacerse con el control de la base.
La principal amenaza para los insurgentes es el poder aéreo del gobierno, y pese a controlar gran parte de las provincias del este y del norte del país, así como varios barrios de Damasco, no pueden protegerse de los incesantes ataques con helicópteros y aviones, explicó Abdel Rahman. El ejército llevó a cabo varios ataques con artillería y morteros en los distritos damascenos de Duma, Harasta, Irbin y Zamlaka, en el este de la capital, donde según varios activistas que se encuentran en la zona, los rebeldes afianzan su posición. Las autoridades cerraron ayer el aeropuerto internacional de Alepo, la segunda ciudad de Siria. Se trata de la primera vez que las autoridades cierran un aeropuerto internacional desde el comienzo de la insurrección.
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