EL MUNDO › LA OPOSICIóN SIRIA RECHAZó LA PROPUESTA DEL PRESIDENTE
El presidente explicó que su plan exige el cese de suministro de armas y apoyo financiero internacional a los insurrectos. Y se negó a dialogar con “terroristas marionetas de Occidente”. Repudio de EE.UU., Alemania y Reino Unido.
El presidente sirio Bashar Al Assad propuso una nueva iniciativa para alcanzar un acuerdo político en Siria que la oposición rechazó. El mandatario lo hizo ayer durante un discurso público en el que calificó de “terroristas marionetas de Occidente” a los rebeldes armados, con quienes además descartó de plano dialogar. Enfundado en un traje negro, con la mirada seria, Al Assad explicó su plan de tres fases que exige, en primer lugar, el cese de suministro de armas y apoyo financiero internacional a los insurrectos, tras lo cual el ejército sirio detendrá sus operaciones, para permitir de este modo el regreso de los desplazados.
Una vez alcanzado un mecanismo para aplicar el cese de la violencia, el plan se complementa con la convocatoria a una conferencia global que abrirá la segunda fase de la hoja de ruta, donde se incluye un diálogo nacional, la elaboración de una nueva Constitución y de la cual se espera la formación de un gobierno de consenso. El nuevo ejecutivo en funciones prepararía las elecciones parlamentarias, que darán paso a la tercera fase, en la que se concederá una amnistía general y comenzará a rehabilitarse la infraestructura dañada en el país. Las autoridades sirias cortaron el acceso a la red Internet en todo el país durante el discurso, según denunciaron los grupos opositores. En repetidas oportunidades durante su discurso, el líder sirio hizo hincapié en que de esta reconciliación estará excluida de modo inapelable la “marioneta terrorista” que creó “Occidente”, en alusión a los rebeldes armados que hace 22 meses combaten para derrocarlo, en un conflicto que hasta el momento costó la vida de 60.000 personas, según anunció la semana pasada el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas.
Al Assad, cuyo poder parece diluirse en la medida en que transcurre el conflicto bélico, lamentó asimismo que en Siria ya no haya alegría ni luz desde que los rebeldes comenzaron a atacar al país, y aseguró que su misión es defender a Siria de sus enemigos. El líder sirio se dirigió a una multitud de seguidores que interrumpieron repetidas veces sus palabras con aplausos, vítores y consignas en las que incluso se comprometían a sacrificar su vida por la seguridad del mandatario.
“Con nuestra sangre y alma nos sacrificaremos por ti, Bashar”, coreaban los asistentes ante su alocución, celebrada en el Palacio de la Opera, en la capital, Damasco. También agradeció a China, Rusia e Irán por mantenerse firmes y luchar contra la injerencia de los países occidentales y árabes que, según destacó, participan en el complot internacional contra Siria.
Poco después del discurso de Al Assad, la oposición salió monolíticamente a rechazar sus palabras, además de descartar de plano cualquier tipo de diálogo con el gobierno. El jefe de Estado Mayor del opositor Ejército Libre Sirio, Salim Idris, aseguró que los rebeldes no aceptarán dialogar con el presidente, y desestimó la lectura que el líder sirio hizo al enfatizar que los rebeldes no son un juguete en manos de países extranjeros. El jefe del Estado Mayor añadió que los insurgentes están convencidos de que Al Assad acabará en sus manos. Paralelamente, el portavoz de la Coalición Nacional Siria, Walid Bunni, aseguró que Al Assad sólo desea ganar tiempo, con miras a la reunión que mantendrán Estados Unidos y Rusia con el mediador de la ONU y la Liga Arabe para el conflicto, Lajdar Brahimi.
La reacción internacional tampoco se hizo esperar. El plan del presidente sirio para terminar la guerra civil que desangra a su país está desconectado de la realidad y debería renunciar, dijo ayer el Departamento de Estado. “El discurso de Al Assad pronunciado este domingo es otro intento del régimen para aferrarse al poder y no hace nada por el objetivo del pueblo sirio de lograr una transición política”, afirmó la portavoz Victoria Nuland.
Nuland también dijo que las propuestas de Assad socavan el trabajo de Brahimi, y solamente permitirá al régimen perpetuar su sangrienta opresión del pueblo sirio. “Por casi dos años, el régimen de Al Assad ha martirizado a su propio pueblo”, remarcó. Por su parte, el ministro británico de Asuntos Exteriores, William Hague, tildó de hipócritas las palabras del mandatario sirio. Hague reaccionó al mensaje enviado por Al Assad a través de su cuenta de Twitter, donde calificó el contenido de esa comparecencia de “más allá de hipócrita”, además de considerar que ese mensaje está lleno de promesas vacías que “no engañarán a nadie”. En línea similar, el ministro alemán de Exteriores, Guido Westerwelle, exigió nuevamente la renuncia del mandatario sirio y dijo que, en vez de utilizar de nuevo su tono marcial, debería dejar el camino libre a un gobierno de transición y un nuevo comienzo político en Siria. Westerwelle lamentó además que el discurso de Assad no haya supuesto aportación alguna a la solución del conflicto en Siria, por carecer de una nueva postura.
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