El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, volvió a negar las acusaciones de corrupción que apuntan al Partido Popular (PP). El caso de sobresueldos marcó la cumbre que mantuvo con la canciller Angela Merkel en Berlín. El encuentro debía centrarse en temas económicos, bilaterales y europeos entre la primera potencia europea y uno de los países más golpeados por la crisis, pero quedó eclipsado por el escándalo y las dudas que pesan sobre la credibilidad de Rajoy. “Todo lo que se refiere a mí y a mis compañeros no es cierto. Salvo algunas cosas”, aseguró el líder del Partido Conservador junto a Merkel después de que ambos presidieran las 24 consultas de gobierno hispano-germanas en la sede del gobierno alemán.

Las recetas de ajuste neoliberal de los cada vez menos “populares” están condenando a España a la recesión, y el desempleo, que no deja de aumentar –en el último mes se destruyeron 8500 puestos de trabajo por día (ver recuadro)–, ya roza la dramática cifra de seis millones de desocupados. También la monarquía está salpicada por un caso de corrupción en el que está implicado el duque de Palma, Iñaki Urdangarín, y los escándalos en los que se vio envuelto el propio rey Juan Carlos –como el fastuoso viaje de caza de elefantes a Botswana–, lo que convierte la situación política española en una bomba de tiempo.

En este contexto, Rajoy defendió su inocencia y dijo que no renunciará en su primer cara a cara con la prensa desde que el diario El País publicara la “contabilidad B” de su ex tesorero Luis Bárcenas, procesado por evasión fiscal, en la que su nombre aparece como receptor de sobresueldos. “Todo lo que se refiere a mí y a mis compañeros de partido no es cierto. Salvo alguna cosa, que es lo que han publicado algunos medios de comunicación. Dicho de otra manera, es total y absolutamente falso”, se enredó en su aclaración Rajoy desde Alemania, reiterando lo que ya había dicho el sábado ante la cúpula del PP al romper el silencio sobre la publicación de los documentos manuscritos, cuyo contenido fue avalado por algunos dirigentes involucrados en el caso.

“Por eso me encuentro con las mismas ganas, ilusión, fuerza y coraje que cuando llegué a la presidencia del gobierno para superar una de las situaciones más difíciles de España en los últimos años”, sostuvo un día después de que el líder del Partido Socialista (PSOE), Alfredo Pérez Rubalcaba, le exigiera que dejara su cargo. El mandatario español obtuvo el respaldo de la canciller alemana, principal puntal de los planes de ajuste fondomonetaristas implantados por Madrid para evitar una cesación de pagos que afectaría a los grandes tenedores de deuda, entre ellos las bancas germana y francesa.

Merkel, con quien Rajoy se reunió en Berlín en el marco de la XXIV Cumbre Germano-Española, aseguró que tenía una relación de plena confianza con el dirigente derechista. Por su parte, Rajoy subrayó: “Hoy el gobierno del PP es estable, tiene una mayoría y un objetivo claro, que es el crecimiento y la creación de empleo, y tiene una política basada en reformas y su convicción es que sacará a España de la crisis”.

Asimismo, anunció que los abogados del partido están estudiando la posibilidad de presentar querellas contra todos los que sostengan acusaciones contra el PP. Más preciso, el vicesecretario general de Organización y Electoral del PP, Carlos Floriano, anunció acciones legales contra los que atribuyeron a la dirección o sus órganos acciones ilegales o irregulares, contra los filtradores de esa información y contra los que la han publicado.

A medida que el escándalo político por corrupción del gobierno español se profundiza, la sangría de información comprometedora para el PP no cesa y la presión para que Rajoy dimita aumentó después de que sectores ultraconservadores de la prensa se sumaron al reclamo. La Gaceta, diario del grupo mediático Intereconomía, publicó ayer en tapa que la trama de corrupción Gürtel, que involucró a Bárcenas, pagó en 2004 tres viajes de avión a Gran Canaria a Rajoy y su familia.

El diario de ultraderecha y españolista, que cita “algunas voces del PP”, indica que Rajoy “está contra las cuerdas” y debe dar paso a otro dirigente, como puede ser el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón; el de Industria y Energía, José Manuel Soria; o la ministra de Fomento, Ana Pastor. Además, entre los candidatos para encabezar la “renovación del partido y que desarrollen un ideario de derechas”, que Rajoy “no ha conseguido llevar a cabo”, figuran José Antonio Monago, presidente de Extremadura; Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta de Galicia, o la consejera madrileña de Juventud, Educación y Deportes, Lucía Figar.

Por su parte, el diario El País volvió a la carga señalando en su edición de ayer que la documentación incautada a los responsables de la trama corrupta de Gürtel acreditaría, según los informes policiales que figuran en la causa, que “L. B.”, al que los investigadores identifican como Luis Bárcenas, cobró, entre 2002 y 2003, 600.000 euros procedentes de fondos de Constructora Hispánica: 270.000 euros en febrero de 2002 y 330.000 en diciembre de 2003. Según el diario español, en ese mismo período Bárcenas anotó en su cuaderno hasta cuatro donaciones de esta empresa al PP: dos de ellas por 30.000 euros cada una; otra por 60.000 y otra más por 24.000, en total 144.000 euros, menos del 25 por ciento de lo que supuestamente recibió el ex tesorero.