Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) proponen legalizar algunos cultivos de marihuana, amapola y hoja de coca en el país. También suspender el otorgamiento de títulos mineros y de concesiones para la exploración y la extracción petrolera. Estas medidas forman parte de un documento titulado “Ocho propuestas mínimas para el ordenamiento social y ambiental” de Colombia, que la guerrilla presentó ayer en la mesa de diálogo de paz con el gobierno de Juan Manuel Santos, que se desarrolla en La Habana.

Poco antes de reiniciar una nueva jornada de conversaciones, el jefe de la delegación insurgente, Iván Márquez, precisó desde el Palacio de Convenciones que la guerrilla entregaría el texto para ser considerado en el curso del debate. Entre las propuestas, presentadas por el propio Márquez, figuran el ordenamiento social y ambiental, democrático y participativo del territorio, que implica la convocatoria a un debate nacional sobre la reorganización espacial y territorial.

Sobre la legalización de cultivos de hoja de coca, marihuana y amapola, las FARC piden cesar la política de “criminalización y persecución” a las comunidades dedicadas a esa actividad y “suspender las aspersiones aéreas y otras formas de erradicación que están generando impactos negativos socioambientales y económicos”. La propuesta invita a considerar planos de legalización de algunos cultivos de marihuana, amapola y hoja de coca con fines terapéuticos y medicinales, de uso industrial, o por razones culturales.

En otro punto, las FARC reclaman poner freno a la expansión desordenada y anárquica de las economías minero-energéticas y extractivistas y piden “suspender el otorgamiento de títulos mineros y de concesiones para la exploración y la extracción petrolera”.

También propone derogar la resolución que declara como “áreas estratégicas para la gran minería” a una importante parte de la región amazónica y un alto porcentaje de zonas de tradición y vocación agrícola. Además, solicitan que el gobierno reconozca y legalice los títulos mineros que están en manos de pequeños y medianos productores y que se liberen al menos 20 millones de hectáreas dedicadas a la ganadería para fines agrícolas. El reordenamiento de la tierra para la soberanía alimentaria y abastecimiento de la población, el derecho al agua y la protección de fuentes hídricas y la creación de nuevos asentamientos rurales son otras de las medidas del documento presentado por las FARC.