EL MUNDO
La casa (de los oficiales antiChávez) está en orden
El alto mando militar venezolano ratificó su lealtad a Hugo Chávez, pero las expresiones de disenso siguen en las FF.AA.
Los opositores de Hugo Chávez se van sumando uno a uno. Otro miembro de las Fuerzas Armadas venezolanas, esta vez el suboficial retirado Luis Piña, se unió ayer a los tres oficiales activos que exigieron la renuncia del presidente venezolano. Y desde Miami, llamó al Estado Mayor conjunto de las Fuerzas Armadas a pedir la dimisión de Chávez “para que no muera ningún venezolano y evitar un golpe de Estado”. Aludido, el alto mando castrense salió a aclarar su lealtad institucional al presidente Chávez y pidió “sensatez” a los sectores de oposición que “incitan a la rebelión y la confrontación”. Por si fuera poco, la reciente ruptura del proceso de paz entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) reavivó las críticas de los antichavistas, quienes volvieron a asegurar que Chávez tiene contactos con la guerrilla. Sin embargo, su gobierno ya anunció que tomará medidas especiales para evitar que miembros de las FARC penetren en territorio venezolano.
“Queremos que nos ayuden a evitar una masacre. Chávez no es el dueño del destino de varios millones de habitantes, es un presidente constitucionalmente elegido, pero que nos quiere llevar a un precipicio comunista”, dijo el suboficial retirado Luis Piña. Vestido con el traje oficial del Cuerpo de Paracaidistas del Ejército de Venezuela (uniforme verde de camuflaje y boina roja), similar al que usa Chávez, Piña dijo representar la “voz de muchos jóvenes profesionales y oficiales del Ejército, que me han pedido que haga un pronunciamiento sobre la grave situación”. Fue en una conferencia de prensa en el consulado de Venezuela en Miami. Piña aseguró que su llamado fue elevado a la Organización de Estados Americanos, a las Naciones Unidas y al gobierno estadounidense del presidente George W. Bush. Negó pedir apoyo para un golpe de estado.
Pero no fue el único en manifestarse. A diferencia de los oficiales que hasta ahora se habían pronunciado contra Chávez, el general Gucaipuro Lameda esperó su pase a retiro el jueves para pedir la dimisión del primer mandatario venezolano. “Si algún día la sociedad venezolana, (...) dice no quiero la revolución, no querrá revolución (...), eso lo dirá la mayoría” pero “si la mayoría hoy dice: yo quiero la revolución, pues será revolución, porque hay que respetar las mayorías”, sostuvo. Ex presidente de Petróleos Venezuela, Lameda se basó en su experiencia de trabajo para criticar al gobierno de Chávez, con quien colaboró hasta hace poco. Tanto Piña como Lameda se suman a los militares que piden la renuncia de Chávez: el coronel Pedro Soto –que fue pasado a retiro–, al capitán Pedro Flores y al contraalmirante Carlos Molina Tamayo, ambos sometidos a consejos de investigación). Sin embargo, el militar de más alta graduación de Venezuela, el general en jefe Lucas Rincón, ratificó la lealtad de los castrenses a Chávez: los militares tienen una “posición democrática y creen en las instituciones constituidas por votación popular”, aseguró.
Además del descontento en la población venezolana, que se ve acentuado por la crisis económica, Chávez tiene que enfrentar la nueva situación generada con la ruptura entre el gobierno colombiano y las FARC. Las críticas no son nuevas. Los antichavistas temen un eventual traslado de la guerrilla a Venezuela. Por ello, el ministro venezolano de Defensa, José Vicente Rangel, dijo ayer que el gobierno “repelerá de inmediato” a cualquier irregular colombiano que ingrese en territorio. Con el recrudecimiento de la violencia en Colombia, el gobierno de Chávez prevé un desplazamiento de 10.000 colombianos por la violencia.
Rangel también señaló que el gobierno de Chávez respalda la posición del presidente colombiano, Andrés Pastrana, que acusó de “terroristas” a las FARC tras el secuestro de un senador y la seguidilla de atentados.
Pero al menos en los dichos, el gobierno de Pastrana apoyó a Chávez. El embajador de Colombia en Caracas, Germán Bula, señaló que desde diciembre de 2000 la actuación de Venezuela ha sido clara y transparente frente a las guerrillas.