EL MUNDO › EL SINDICATO DE PERIODISTAS LLAMO A UNA HUELGA PARA HOY Y LA EMISORA PUBLICA SIGUIO TRANSMITIENDO POR INTERNET
El premier Antonis Samaras se enfrenta a una revuelta política y social después de clausurar la emisora pública. Sus socios de centroizquierda dijeron estar furiosos con la decisión y que no habían sido consultados.
› Por Nathalie Savaricas *
Desde Atenas
El primer ministro griego, Antonis Samaras, se enfrentaba anoche a una revuelta política después de cerrar la emisora estatal del país en medio de la noche. Los presentadores de noticias fueron cortados en medio de una frase cuando la Radio Televisión Griega (ERT), la estación de televisión estatal de 75 años, fue clausurada apenas horas después de que fuera anunciada la decisión, en lo que el gobierno describió como un canal plagado de excesos.
La movida tiende a pacificar a los prestamistas internacionales de Grecia y demostrar la voluntad del gobierno de seguir adelante con las reformas exigidas a cambio del rescate. Muchos de los 2600 empleados de las estaciones, 600 de los cuales son periodistas, se negaron a dejar de emitir ayer, llevando su cobertura a través de Internet. Los sindicatos y los periodistas pidieron una huelga general de 24 horas en apoyo del personal de las estaciones, mientras que miles de ciudadanos comunes se dirigieron a la central de ERT en un suburbio de Atenas, Agia Parskevi, para manifestarse contra el cierre y contra lo que algunos ven como un ataque a la libertad de prensa.
Georgos, un ex empleado de Olympic Airways previamente propiedad del Estado que llegó a la central de ERT, dijo a The Independent: “Esto es inaceptable. No hubo un debate público sobre el tema”. La decisión también provocó la condena internacional, con el Sindicato de Emisoras Europeas instando a Samaras a reconsiderar la medida. La Comisión Europea dijo que no buscaba el cierre de ERT como condición del rescate, pero no cuestionó la decisión, mientras el gobierno socialista francés dijo que la movida era muy preocupante y lamentable. Los socios de la coalición de centroizquierda de Samaras dijeron que estaban furiosos con la medida y que no habían sido consultados.
Los líderes del partido de la coalición se reunían anoche con algunos analistas que sugerían que podrían obligar a Samaras a un voto de confianza que podría, potencialmente, hacerlo caer. “A lo que nos oponemos es a la forma en que fueron sacados del aire”, dijo Thodoros Margaritis, un alto miembro de partido de Izquierda Democrática. Dice que está de acuerdo con que ERT necesita una modernización, pero no con la manera en que el gobierno suspendió las actividades. “Si Samaras no busca un compromiso nos veremos obligados a seguir con nuevas elecciones y él será responsable de esto”, dijo Margaritis.
El cierre de ERT sucedió cuando la Bolsa de Comercio de Atenas fue degradada al estatus de mercado emergente por el proveedor de index MSCI, convirtiendo a Grecia en el primer país en perder el estatus de economía desarrollada. En un intento por restaurar la calma, el vocero del gobierno, Simos Kedikoglou, les dijo a los periodistas que el cierre del ERT era temporario y que reabriría a fines del verano. “No es un cierre, es un nuevo comienzo”, dijo Kedikoglou.
Aunque ERT es la radiodifusora pública de Grecia, no comparte la popularidad y reputación de sus equivalentes en algunos otros países. Al anunciar los motivos de la movida, Kedikoglou enumeró un catálogo de los excesos de ERT, que incluyen tres orquestas pagadas como empleados públicos y 19 estaciones de radio provinciales que emiten sólo cuatro horas de programas originales cada día.
Ayer, cientos de trabajadores llevaron a cabo una sentada en la central de la radiodifusora, pero no todos estaban totalmente en contra de la movida. “No esperábamos esto”, dijo Odin LInardatou, el editor de noticias internacionales de ERT a este diario. Ella ha trabajado para el canal durante 26 años. “Esperábamos algunos despidos y alguna reestructuración, pero fue un shock que la cerraran tan abruptamente.” Fanis Papathanasiou, uno de los presentadores de la mañana, dijo que estaba trabajando cuando escuchó que ERT iba a ser sacada del aire. Dice que está a favor de una reforma, pero está preocupado de que la culpa por los excesos de las estaciones se ubique en los trabajadores en lugar de la gerencia. “Me sentí aliviado de contarles la verdad porque ERT merece un futuro mejor”, explicó el veterano periodista. “Es verdad que hay cosas para corregir en ERT: estamos sobredimensionados, pero eso no es culpa nuestra.”
Desde que comenzó a emitir en la década de 1930, ERT, la radiodifusora estatal griega, ha sido objeto de los peores instintos de sus financistas políticos. Durante la dictadura que finalizó en 1974, los coroneles tenían su propio canal dedicado, al que muchos griegos recuerdan con nostalgia. En las décadas que siguieron de gobiernos bipartidistas, ambos lados llenaron a ERT con nombramientos políticos. Nunca se permitió evolucionar de un micrófono estatal a una emisora al servicio público. De esta manera creció hasta llegar a tener un personal de casi 3000 personas y un presupuesto anual de 190 millones de euros. Era un macrocosmo del malestar más difundido de Grecia.
Aun sus partidarios más fieles sabían que necesitaba una reforma. Lamentablemente, la forma de esta reforma cuando llegó fue violentamente autoritaria y reflejaba los fracasos políticos que han caracterizado la crisis de la deuda. En un solo día una institución nacional fue clausurada y algunos periodistas que se negaron a irse fueron arrastrados por la policía antidisturbios.
Como muchas de las reformas que se han implantado, no supo distinguir entre la Grecia que trabaja –los muchos empleados de ERT que trabajan mucho por pobres salarios– y los que son nombrados por políticos.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux