EL MUNDO › UNA CONSULTA A LOS TURCOS SOBRE EL PROYECTO EN EL PARQUE GEZI
Tras quince días de protesta y represión policial, el gobierno turco ofreció realizar un referéndum. De acuerdo con un grupo de manifestantes, la reunión no fue representativa del conjunto y resultó poco más que simbólica.
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, propuso ayer realizar un referéndum sobre un proyecto urbanístico en Estambul que desató quince días de violentas protestas en todo el país. Se trata del primer gesto conciliador del gobierno desde el inicio de la crisis. El premier hizo su oferta de una consulta popular durante una reunión con once artistas e intelectuales que actuaban en nombre de la llamada Plataforma Taksim, primera coordinadora de las protestas ecologistas contra la demolición del Parque Gezi, adyacente a la emblemática plaza Taksim. El grupo Solidaridad Taksim dijo que la delegación recibida por el gobierno no era representativa y la reunión fue poco más que simbólica.
Huseyin Celik, portavoz del gubernamental Partido Justicia y Desarrollo (AKP), anunció la propuesta en una rueda de prensa, en la que prometió que un plebiscito se podría hacer en toda la ciudad o bien sólo en el distrito de Beyoglu, donde se halla el recinto. Recordó que el proyecto de reconstruir unos barracones otomanos, que los ecologistas han denunciado como ilegal, fue parado por un tribunal administrativo, cuya decisión deberá respetarse, pero en el caso de que dé luz verde, se podría hacer el referendo, a esta altura la única esperanza del gobierno de poner fin al conflicto.
El 31 de mayo pasado, la policía dispersó por la fuerza a miles de personas que acampaban en la plaza Taksim para oponerse a planes del gobierno de talar árboles en el Parque Gezi como parte de un proceso urbanístico de reforma de ese espacio público. El hecho desató manifestaciones de repudio a la represión y de apoyo a los activistas de Gezi en todo el país, que paulatinamente se convirtieron en una protesta más general contra el gobierno islamista moderado de Erdogan, que ganó las últimas tres elecciones por un amplio margen. Las protestas fueron duramente reprimidas, lo que intensificó la resistencia de los manifestantes y extendió la ola de protestas a las principales ciudades del país, incluida la capital, Ankara.
En su rueda de prensa, Celik prometió asimismo que los responsables de los excesos de violencia policial serían investigados y castigados. Sin embargo, advirtió que el gobierno no puede tolerar el campamento de protesta en el parque y pidió a las organizaciones ecologistas que lo abandonen para dejar a los grupos ilegales a solas con la policía, aludiendo a la presencia de infiltrados en las protestas. En el propio parque, sin embargo, hubo más bien poca confianza en que la reunión cambiase en algo la pulseada entre manifestantes y gobierno y se cuestionaba la representatividad de la Plataforma Taksim. “Quienes acudieron a la reunión son todas personas escogidas a mano por el propio Erdogan, se trata únicamente de un lavado de cara”, opinó una activista que permanece en la plaza. “Nada saldrá de allí, porque no han invitado a ningún representante de los que estamos en el parque”, señaló otra.
El primer ministro insistió en que el poder financiero está detrás de las protestas y afirmó que desde hace meses disponía de informes de los servicios secretos sobre una conspiración contra su gobierno. Prometió que las fuerzas de seguridad se comportarán de forma diferente a partir de ahora y aseguró que Turquía no necesita que le den lecciones desde el extranjero. Estados Unidos y la Unión Europea criticaron los excesos de la represión policial de las manifestaciones, que dejaron hasta ahora un saldo de más de 5000 heridos y cuatro muertos, entre ellos un agente que cayó de un puente al perseguir a manifestantes. La muerte más reciente, anunciada ayer mismo, es la de un hombre de 27 años, herido en la cabeza hace diez días durante una protesta en Ankara y en coma desde entonces.
En el Parque Gezi, miles de jóvenes siguen acampados tras una noche de asedio policial que incluyó el lanzamiento de gas lacrimógeno. Pese a que el gobernador de Estambul, Huseyin Avni Mutlu, había prometido el martes no tocar el parque, los antidisturbios dispararon centenares de balas de goma hacia su interior. También en Ankara, donde se suceden desde hace dos semanas enfrentamientos entre policía y manifestantes, volvieron a salir a la calle miles de ciudadanos, en lo que se percibe como una nueva noche de tensión.
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