El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, aseguró ayer que no se siente amenazado por el ex tesorero de su Partido Popular (PP) Luis Bárcenas, encarcelado por una causa de corrupción, mientras resurgen los pedidos para que dimita. “No, ni ahora ni nunca”, dijo Rajoy desde Bruselas, al ser consultado en conferencia de prensa sobre si teme un supuesto chantaje de Bárcenas, quien ayer fue enviado a prisión en el marco de la megacausa de corrupción Gûrtel.

La Justicia ordenó el encarcelamiento del ex tesorero, quien también está en el centro del escándalo de financiación ilegal del PP y pago de sobresueldos que se desprende de una contabilidad B (1990-2008) revelada a finales de enero por el diario El País. Desde la publicación de los conocidos como “papeles de Bárcenas”, se sospecha que el ex tesorero fue quien facilitó esa documentación a la prensa después de que el PP se quiso desvincular de él cuando la Justicia descubrió que tenía millones de euros en cuentas en Suiza.

De hecho, el ex tesorero declaró ante notario que contaba con documentación “sensible”, aunque negó en sede judicial ser el autor de las cuentas B del PP. A medida que avanzaba la investigación, Bárcenas insinuó en los círculos del PP que haría todo lo que esté en sus manos para no ir a prisión, según varias fuentes citadas por la prensa española. Y ahora que el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz –instructor del caso Gûrtel y sobre las cuentas B– encarceló a Bárcenas, en el PP existe temor de que el ex tesorero hable y provoque una tormenta aún mayor. A pesar de ello, públicamente la mayoría de miembros del PP que se pronunciaron al respecto mostraron satisfacción y respeto a la decisión judicial.

Rajoy, quien se encontraba en Bruselas asistiendo a un Consejo Europeo, afirmó que “respeta las resoluciones judiciales” y que su partido “colabora con todo lo que le pide la Justicia”. “Ya he dicho todo lo que tenía que decir”, insistió el presidente, consultado sobre si sigue afirmando que no hubo financiación ilegal en su partido. Asimismo, Rajoy respondió que “ni ahora ni en ningún momento” se sintió amenazado por Bárcenas, al tiempo que quiso dejar claro que “nadie ha puesto en tela de juicio la estabilidad de España y de su partido”.

También la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, manifestó su respeto con la decisión judicial y destacó la colaboración de su partido con la Justicia, mientras una diputada del partido, Matilde Asian, llegó a decir que fue el gobierno, a través de la fiscalía, el que envió a Bárcenas a prisión.

Sin embargo, el día después del encarcelamiento de Bárcenas, el líder de Izquierda Unida (IU), Cayo Lara, exigió la dimisión inmediata de Rajoy y el resto de la cúpula del PP por haber “mentido a la sociedad”. La exigencia de Lara contrasta con la posición más blanda de la principal fuerza opositora de España, el Partido Socialista (PSOE), que por ahora sólo pidió “explicaciones” al partido gubernamental y a Rajoy, su líder, ya que el presidente se encuentra negociando en Bruselas un “paquete económico importante” para España, y que cuenta con el apoyo socialista.