El mundo entero saludó al ex presidente y líder nacional sudafricano Nelson Mandela, quien cumplió 95 años ayer en un hospital de Pretoria, luego de seis meses de internación por una neumonía. En Sudáfrica, los homenajes y buenos deseos para el icono de la lucha contra el régimen racista del apartheid llegaron desde todos los puntos cardinales del país y de personas de todas las etnias y condiciones, confirmando una vez más la admiración casi unánime que despierta su figura. La jornada estuvo marcada desde la mañana por el optimismo sobre la recuperación del primer presidente negro de Sudáfrica, después de que la presidencia informara de que la salud de Mandela está mejorando “a un ritmo constante”.

El punto neurálgico del día fue el hospital de Pretoria en el que está ingresado el antiguo estadista desde el pasado 8 de junio por la recaída de una infección pulmonar. En el centro de salud, Mandela recibió la visita de familiares, del presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, y de la ministra de Defensa, Nosiviwe Mapisa-Nqakula, en representación del gobierno. “Cuando lo visité hoy (por ayer) lo encontré realmente estable y pude decirle ‘feliz cumpleaños’. Y fue capaz de sonreír”, dijo Zuma. La ministra dijo que Mandela abre los ojos y gesticula con la cabeza como queriendo decir: “Estoy aquí contigo y aprecio lo que estás haciendo”.

En la puerta del hospital, los su-dafricanos se congregaron para desear un feliz cumpleaños a Mandela, para quien dejaron tarjetas de felicitación y ramos de flores. Una de las dedicatorias más sonoras fue la de un grupo de alumnos de una escuela de Soshanguve, barrio ubicado al norte de Pretoria, que cantaron: “¡Feliz cumpleaños a nuestro Mandela!”. Envueltos en un ambiente de civismo festivo, millones de sudafricanos dedicaron 67 minutos a realizar obras de caridad o trabajos para la comunidad, en recuerdo a los 67 años que Mandela dedicó a la lucha contra el apartheid.

Esta costumbre fue adoptada en 2009, cuando las Naciones Unidas decidieron declarar la fecha del cumpleaños del mandatario como “Día Internacional de Nelson Mandela”. A lo largo y ancho de toda Sudáfrica, escuelas, iglesias, centros sociales, empresas y particulares suspendieron por algo más de una hora sus labores habituales para pintar colegios, recoger basura de la calle, llevar comida a los necesitados o ropa a los indigentes. En el antiguo gueto negro de Soweto, centro de la resistencia contra el apartheid –donde Mandela vivió durante décadas–, el ministro su-dafricano de Prisiones, Sbu Ndebele, encabezó los trabajos comunitarios de un grupo de prisioneros.

En una acción solidaria, los presos ayudaron a restaurar y pintar un orfanato y repartieron alimentos cultivados en las granjas de la cárcel entre familias pobres. Durante la parte más oficial de la agenda de actos, Zuma y sus ministros rindieron tributo a Madiba con diversas actividades. El último presidente del apartheid, Frederik Willem De Klerk, que compartió en 1993 el Premio Nobel de la Paz con Mandela, también se sumó a la fiesta y pidió conmemorar “la extraordinaria contribución que él ha hecho a Sudáfrica y a todo su pueblo”.

“Creo que a través de su ejemplo y su compromiso inquebrantable con la reconciliación nacional, todos los sudafricanos, al margen de su raza o filiación política, pueden ahora considerarlo suyo”, señaló el ex mandatario. De Klerk, que fue presidente de Sudáfrica entre 1989 y 1994, fue el encargado de liberar de la cárcel a Mandela, tras 27 años de detención, por sus actividades contra el sistema segregacionista del apartheid. Mandela sucedió a De Klerk en 1994, al imponerse en las primeras elecciones multirraciales de la historia sudafricana y cerrar así el círculo de una transición que fue ejemplo para todo el mundo.

Presente en Sudáfrica con motivo de la sexta cumbre entre el país anfitrión y la Unión Europea (UE), el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, declaró: “Gracias a Mandela, Sudáfrica es hoy dueña de su destino”. Las felicitaciones para Madiba también llegaron desde el extranjero. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su esposa, Michelle, enviaron un mensaje de felicitación a Mandela e instaron al mundo a honrarlo en su Día Internacional.

Obama confesó que su familia todavía se encuentra conmovida por la reciente visita que realizaron a la celda que se encuentra en la Isla de Robben, donde el ex mandatario estuvo preso. Sobre Madiba, aseguró: “Será siempre ejemplo de fortaleza e inspiración por su valor moral, bondad y humildad”. La efeméride se vivió también con emoción en la Asamblea General de la ONU, donde el secretario general del organismo internacional, Ban Ki-moon, calificó a Madiba como un “gigante de nuestro tiempo”.

“Estamos aquí para celebrar el cumpleaños de un héroe global y un icono de la justicia y la igualdad”, dijo Ban Ki-moon durante un evento especial en la Asamblea General de la ONU, acompañado por el ex presidente de Estados Unidos Bill Clinton y el reverendo Jesse Jackson. “Nelson Mandela temía y odiaba a sus carceleros cuando salió de prisión, pero superar esos demonios es una señal de su grandeza”, dijo el ex presidente norteamericano. Y agregó que Mandela quedó marcado por los 27 años de calvario en la cárcel de Robben Island. “Cada día era una lucha, pude verlo en sus ojos, incluso después de convertirse en presidente”, advirtió Clinton.

Andrew Mlangeni, uno de los ocho activistas encarcelados junto con Mandela en 1964 y que siguió siendo un buen amigo suyo, señaló que las noticias sobre la mejoría del ex presidente sudafricano son buenas para todos: “Por favor, sigamos orando por él”, dijo. Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, elogió el liderazgo de Mandela y consideró que llevó a Sudáfrica a una nueva era en la que la libertad, la paz y la reconciliación se convirtieron en eje central de la vida política de ese país.