Siria sigue desangrándose en un conflicto cuya resolución parece cada vez más lejana. El ejército ametralló ayer varias zonas en manos de los rebeldes, cerca de Damasco: se trataría, en principio, de regiones en las que la oposición afirma que las fuerzas leales al régimen usaron armas químicas. Los bombardeos se registraron en toda la provincia de Damasco y los combates se centraron en el sudoeste, en Muadamiuat al Sha, Daraya y Zamalka.

Estos ataques se inscriben dentro de una amplia ofensiva de las fuerzas de seguridad que responden a Bashar al Assad, cuyo objetivo es expulsar a los rebeldes de los lugares estratégicos que controlan en la periferia de la capital. “Los aviones han llevado a cabo varios bombardeos esta mañana (por ayer) en Jan el Sheij y Zamalka, hiriendo a varias personas, al tiempo que se registran intensos combates”, indicó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), organización que se apoya en una red de militantes y en fuentes médicas en Siria.

En Damasco, dos mujeres perdieron la vida al ser alcanzadas por disparos de mortero, probablemente lanzados por las fuerzas rebeldes. Varios barrios de la capital fueron blanco de obuses. Producto de las acciones bélicas, nueve soldados murieron en un ataque de rebeldes contra puestos de control del ejército en Jobar, localidad ubicada al este. “El ejército lanzó ataques en la región de Ghuta, en la periferia de Damasco”, señaló Abu Jihad, militar apostado al este de Damasco, para quien la dramática escalada de violencia de las últimas 24 horas está vinculada con un intento por reconquistar las zonas rebeldes cerca de la capital.

Según este combatiente, las fuerzas gubernamentales ingresaron en Erbin, Harasta, Jobar, Zamalka y Ain Tarma. Ayer, militantes y miembros de la oposición siria deslizaron que los ataques químicos habían sido dirigidos precisamente contra esas zonas. “Por supuesto, no retomaron los lugares, porque no pueden hacerse del control en un solo día, pero conquistaron puntos estratégicos”, reconoció Abu Jihad e indicó además que los rebeldes habían lanzado una contraofensiva.

En la conquista de los combates algunas veces callejeros, los rebeldes lograron controlar varias ciudades y pueblos clave de la región de Ghuta oriental y una franja al su-

doeste de Damasco reconvertido en su feudo hace más de un año. Desde entonces, el ejército trata de expulsar a los rebeldes de la periferia de Damasco para proteger la capital. Según la ONU, la violencia en Siria dejó más de 100.000 muertos desde el levantamiento de principios de marzo de 2011 que ya se transformó en una guerra civil.

Sobre el uso de armamento no convencional por parte del ejército, ayer se conoció una versión que señala que los síntomas que presentaban las víctimas de los ataques de anteayer son compatibles con la utilización de armas químicas, concretamente gases neurotóxicos de tipo sarín. Sin embargo, varios analistas afirmaron que esa hipótesis sólo podría comprobarse si se hicieran análisis médicos en las personas afectadas. La oposición siria acusó al régimen de haber asesinado a más de 1300 personas en un ataque con armas químicas cerca de Damasco, en una región en manos de los rebeldes. Numerosos videos de víctimas fueron colgados en Internet.

Por su parte, el gobierno sirio desmintió formalmente la acusación, a la vez que negó el acceso a la zona a los inspectores de las Naciones Unidas. “He visto 21 videos y hay fuertes presunciones sobre el uso de armas químicas, pero son necesarias pruebas científicas, como la presencia de sarín en la sangre y en la orina”, manifestó Olivier Lepick, especialista de armas químicas y biológicas e investigador en la Fundación de Investigación Estratégica (FRS).

“En el conjunto de estos videos, los síntomas (contracciones musculares, contracción de pupila, ultrasalivación, dificultades respiratorias, aceleración del ritmo cardíaco, ausencia de heridas físicas) son muy perturbadores y hacen pensar en (el uso de) neurotóxicos”, afirmó Lepick. “Ayer (por el miércoles) era escéptico, pero he revisado mi postura tras haber visto videos de mejor calidad”, advirtió Jean Pascal Zanders, experto en desarme químico. En estas imágenes aparecen, según el especialista, cierto número de síntomas compatibles con un envenenamiento con productos organofosforados, vinculados con el gas sarín. “No puedo confirmar si se trata de sarín o de VX (un gas similar), podría ser una cantidad de cosas diferentes o una mezcla”, evaluó Zanders.

Lepick, por su parte, manifestó que el gas sarín representa el agente tóxico más extendido en el arsenal sirio y que la república árabe dispone de cohetes, bombas de aviación y obuses de artillería capaces de lanzar ese gas. “Algunos síntomas son coherentes con el uso de neurotóxicos; otros están más en relación con agentes incapacitantes. Se parece mucho a agentes neurotóxicos, pero no podemos excluir que se hayan usado otras sustancias”, dijo Ralf Trapp, consultor independiente, desde 1998 a 2006, y experto en la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) de La Haya.

¿Podría tratarse de sustancias tóxicas, de cloro, por ejemplo, liberadas accidentalmente en un bombardeo a un depósito? “Es una explicación posible. Pero cuanto más observo, más coincide con un ataque con gas sarín en lugar de un escape accidental de productos tóxicos”, señaló Ralf Trapp. Otros expertos prefieren ser más prudentes. “Las personas que ayudan a las víctimas no llevan ropa de protección ni máscaras y si fuera un ataque con gas habrían sido contaminadas también y padecerían los mismos síntomas”, aseguró el miércoles Paula Vanninen, directora del instituto finlandés para verificación de la convención de armas químicas. “Es algo que hay que vigilar. Los médicos descontaminan a las víctimas rociándolas con agua y de ese modo también se protegen. Los conductores de las ambulancias y los que llevan a las víctimas al hospital son, sobre todo, quienes deberían estar contaminados”, sostuvo Ralf Trapp.