EL MUNDO › EL CANCILLER DE OBAMA LANZO UNA CAMPAÑA PARA CONVENCER AL CONGRESO
Washington presentó un nuevo argumento al afirmar que consiguió, más allá del relevamiento realizado en los últimos días por la ONU, muestras capilares y sanguíneas con rastros del agente neurotóxico.
Con el objetivo de convencer a un Congreso reticente a aprobar un ataque contra el régimen de Bashar al Assad, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, lanzó ayer una campaña mediática basada en pruebas obtenidas por Estados Unidos sobre el uso de gas sarín en Siria. “Si el Congreso es justo, apoyará al presidente”, señaló el representante demócrata Eliot Engel antes de la reunión de información a puertas cerradas en el Capitolio. Y advirtió que no se puede impedir que los congresistas se lancen a un combate político. El presidente sirio, por su parte, advirtió que su país puede hacer frente a cualquier ofensiva, tras la decisión del presidente norteamericano Barack Obama de pedir el aval del Congreso ante un eventual ataque.
Revirtiendo décadas de decisiones presidenciales, Obama sorprendió anteayer al requerir formalmente una autorización del Congreso para el uso de la fuerza militar en Siria, una apuesta arriesgada, ante la escasa cooperación entre el Ejecutivo y el Legislativo. Ayer Kerry estimó que sería inconcebible que los congresistas no estuvieran a la altura de la situación. Para convencerlos, Kerry, que ocupó una banca en el Senado durante 28 años antes de asumir al frente de la diplomacia estadounidense, presentó un nuevo argumento al afirmar que Washington consiguió, más allá del relevamiento realizado en los últimos días por Naciones Unidas, muestras capilares y sanguíneas con rastros del agente neurotóxico sarín.
Esas muestras fueron obtenidas por personal de primeros auxilios en el terreno, precisó el departamento de Estado. La Casa Blanca había publicado el jueves un informe elaborado por los servicios de Inteligencia estadounidenses, que concluye que existe una fuerte certeza de que el régimen sirio usó armas químicas en el ataque perpetrado a las afueras de Damasco el 21 de agosto.
“No creo que mis ex colegas en el Senado y la Cámara de Representantes les den la espalda a nuestros intereses, a la credibilidad de nuestro país, a la norma sobre la prohibición del uso de armas químicas”, dijo Kerry a la cadena NBC. “Puesto que no se trata de una emergencia como en Libia, donde la gente era masacrada o estaba a punto de ser masacrada, dado que tenemos el derecho de atacar en todo momento, si Assad fuera tan idiota como para lanzar un nuevo ataque, estimamos que es importante lograr el compromiso total del pueblo estadounidense y del Congreso”, declaró el secretario de Estado ante CNN.
Según una fuente del Congreso, el Comité de Asuntos Exteriores del Senado podría expedirse a partir del miércoles sobre esta cuestión. Sin embargo, el debate plenario comenzará luego de la reanudación oficial de sus sesiones, en la semana del 9 de septiembre. “Pienso que el Congreso estará a la altura de las expectativas”, afirmó en CNN Mike Rogers, el republicano que preside el Comité de Inteligencia de la Cámara baja. “Es una cuestión de seguridad nacional, no es Barack Obama contra el Congreso”, insistió.
Sus colegas, lejos de ser tan categóricos, quieren ser persuadidos de que el lanzamiento de ataques a distancia efectivamente permitirán impedir la utilización de armas químicas en el futuro y evitarán al mismo tiempo el empantanamiento de Estados Unidos en el conflicto. La bancada republicana, con mayoría en la Cámara baja, está dividida entre los intervencionistas, partidarios de una fuerte participación estadounidense en el conflicto, y los conservadores, reticentes a la intervención, en la que no identifican un interés nacional vital.
La Cámara es habitualmente hostil al presidente y altamente imprevisible. En el pasado fue escenario de rebeliones internas en el Partido Republicano, por parte de un grupo de congresistas ultraconservadores del Tea Party. Peter King, republicano y partidario de la intervención, estimó que la votación, si tuviera lugar hoy, resultaría probablemente negativa, a causa de la oposición de los aislacionistas. El senador republicano Rand Paul estimó en 50/50 las probabilidades de que un proyecto pase en la Cámara, mientras que en el Senado su aprobación sería indudable. Los demócratas tienen mayoría en la Cámara alta, pero pocos congresistas oficializaron sus intenciones. En cualquier caso, necesitarán el apoyo de varios republicanos para alcanzar la mayoría de votos requerida (60 sobre 100). “El presidente debe trabajar arduamente, así como su gobierno, para convencer al Congreso, pero también a los estadounidenses, de que se trata de los intereses de Estados Unidos, no solamente del interés de otro país”, advirtió el senador demócrata Jack Reed en Fox News.
En la escalada discursiva de los últimos días sobre el conflicto, Al Assad afirmó ayer, citado por la agencia oficial SANA, que Siria es capaz de hacer frente a cualquier agresión exterior, del mismo modo que afronta a diario la agresión interna bajo la forma de grupos terroristas y quienes los respaldan. El ministro saudita de Relaciones Exteriores, príncipe Saud al Faisal, pidió a los países árabes respaldo a la oposición siria que reclama la intervención militar extranjera.
El jefe de la oposición siria Ahmad Jarba, también habló ante la Liga árabe en la capital egipcia para reclamar apoyo a “la operación internacional contra la máquina de guerra y de destrucción” que, según él, representa el régimen de Al Assad.
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