Joao Paulo Cunha, presidente de la Cámara de Diputados de Brasil, estuvo en una fugaz visita por Buenos Aires. Cunha, que está junto a Lula desde la fundación del legendario Partido de los Trabajadores (PT), refirió a la prensa las intenciones del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva de impulsar el embrión de proyecto de un Parlamento del Mercosur y una mayor integración con Argentina. “Existe un debate de ideas para crear organismos supranacionales para darles carácter supranacional a las instituciones del Mercosur, respetando las estructuras y particularidades de los estados nacionales”. Cunha es una figura clave en la escena política actual en que el gobierno brasileño busca la aprobación de dos reformas, de pensiones y tributaria. El otrora metalúrgico habló sobre esta etapa de la negociación.
En estos días está bajo intenso debate la reforma previsional a la vez que transcurre una huelga de los empleados estatales, que dicen ser los más perjudicados. Lula ha admitido la modificación del texto original de jubilaciones en dos puntos: que se mantenga la jubilación integral y la paridad salarial para los futuros empleados del Estado –si aumenta el salario, se modifica la jubilación–. Además, sube la edad de jubilarse para los estatales de 48 a 60 los hombres y de 53 a 55 las mujeres. Y si un trabajador adelanta su jubilación no obtendrá un retiro integral. La Central Unica de Trabajadores (CUT), vieja aliada del PT, les ha reclamado un techo a las jubilaciones de 2700 reales –frente a los 2400 reales (840 dólares) que propone el gobierno–. “Las alteraciones ya producidas fueron significativas y no veo mucho espacio para más. Aunque las negociaciones continúan”, dijo Cunha. Acerca de si se espera que la CUT siga presionando para lograr enmiendas, el presidente de Diputados refutó con que “se están contemplando las expectativas básicas desde el inicio: habrá una estructura más justa. Los actuales servidores tienen garantizados los beneficios que ya tenían”.
“La CUT pidió por los excluidos del sistema previsional y nosotros vamos en un plazo corto a presentar la idea de incorporarlos a la estructura de pensiones de Brasil”, señaló uno de los principales dirigentes del PT. Del texto original ya se hicieron concesiones y la pregunta es si, cuando se vote la reforma –que Lula desea apurar para octubre–, será llevada a su mínima expresión. Cunha declaró que “la filosofía de la reforma está preservada. Para los nuevos se parte del principio de que no se aumenta el déficit. Manteniendo la situación actual teníamos un déficit creciente. Con la propuesta de reforma, aumenta el tiempo de contribución a las pensiones, lo que viene a compensar la jubilación integral.
–¿Por qué, según los últimos sondeos, Lula goza de un 77,6 por ciento de popularidad pero sólo un 46,3 por ciento está a favor de sus políticas?
–Es atribuible a la figura fuerte que dio Lula durante el proceso electoral. La mayoría de la población apoya las reformas y dentro del PT también –contestó Cunha a Página/12.
En cuanto a la actual coyuntura recesiva de Brasil, Cunha fue optimista: “Se están dando condiciones para liberar más crédito. El superávit fiscal tan alto estuvo avalado en una situación económica que estamos superando” e insistió que el mismo “no limita al Plan Hambre Cero y la reforma agraria”, dos bastiones de la campaña petista.